Tras unos días de ligero rebote, el petróleo vuelve a la carga. El oro negro retoma hoy sus caídas debido al ríécord de reservas de crudo en Estados Unidos. La semana pasada, las reservas de petróleo en la primera economía mundial ascendieron en 8,9 millones de barriles hasta los 406,73. Es el nivel más alto desde que la agencia estadounidense de la energía lleva registros de la reserva en 1982.
Esta noticia ha conducido al barril de West Texas, el de referencia en Estados Unidos, a meroderar el nivel de los 45 dólares, su nivel más bajo desde 2009, al caer más de un 2%. El barril de petróleo Brent, el que sirve de referencia en Europa, baja, pero menos, apenas se deja un 0,5% hasta los 48 dólares.
El sector petrolero está notando esta nueva bajada de los precios y es ya el peor del día en Wall Street, donde las compañías tecnológicas empujan al alza gracias a los exitosos resultados de Apple presentados ayer a cierre de sesión.
Mientras, hoy recorre el mercado el rumor de una posible reunión entre Arabia Saudí, Venezuela, Rusia y Míéxico para discutir sobre una reducción de la producción de crudo, información de la que el ministro de energía mexicano ha dicho que no hay confirmación oficial.
El aumento de producción de petróleo en Estados Unidos gracias a la revolución energíética por el fracking (sistema de fracturación hidráulica), es una de las razones que explica el desplome del precio del crudo en los últimos meses. Desde que tocó máximos en junio de 2014, el petróleo ha caído más de un 50%. La principal causa es el exceso de oferta de crudo en el mercado, algo que reconocen todos los principales productores. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió pese a ello mantener invariable en noviembre pasado su ritmo de producción de crudo, en un movimiento destinado a dañar a sus nuevos competidores, precisamente los productores estadounidenses, y a ganar cuota de mercado.
El precio del crudo repuntó algo tras conocerse la muerte del rey de Arabia Saudí, pues íél fue el principal promotor de la política del país -el primer exportador mundial- de mantener estable su producción, lo que desplomó sus precios. Sin embargo, todo hace indicar que la política energíética del país saudí se mantendrá sin variaciones