Los jueces insisten en que se vendió un producto de riesgo sin ofrecer a los clientes la suficiente información.
Nueva avalancha de sentencias por la deuda perpetua de Eroski y Fagor comercializada por bancos y cajas. Ayer se conocieron cuatro fallos en Euskadi y otro en Barcelona, y en todos se condena a las entidades financieras a devolver el dinero a los ahorradores por mala comercialización del producto. Se alinean así con la doctrina predominante en estos casos.
Las cuatro del País Vasco son del mismo juez y del mismo día. Se trata del titular del juzgado de Primera Instancia número 5 de Vitoria, Josíé Luis Núñez, que se encarga siempre de trasladar a los medios sus resoluciones, la mayoría de las veces contrarias a la banca. El ritmo al que está emitiendo los fallos da una idea de la cantidad de demandas que han llegado y continúan llegando a los tribunales sobre este conflicto.
De las cuatro difundidas ayer, tres afectan a Laboral Kutxa y la cuarta al Santander. En todas ellas el juez se apoya en la falta de conocimientos y experiencia inversora de los demandantes para condenar a la banca. Entre ellos figura una trabajadora de Fagor que había suscrito aportaciones financieras de la cooperativa quebrada y su marido, «un tornero que perdió su trabajo». Tambiíén hay una viuda; un «mando intermedio de Michelin, con estudios de EGB», y su esposa, ama de casa; y, por último, un tornero casado con una funcionaria municipal. El magistrado hace hincapiíé en que, por su perfil, buscaban seguridad y que el banco les colocó un producto de riesgo sin explicar bien sus características; perpetuidad y posible dificultad para recuperar el dinero.
No solo salen fallos de los tribunales vascos. Ayer tambiíén se conoció el de un juzgado de Barcelona, que condena a Caixabank a devolver el importe invertido -más de 15.000 euros- en aportaciones de Eroski a una cliente. Concluye que no consta que recibiese información «clara, completa y en tíérminos comprensibles».
Ana Barandiaran