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Autor Tema: El simbolismo de la serpiente  (Leído 643 veces)

Scientia

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El simbolismo de la serpiente
« en: Febrero 09, 2015, 06:33:19 pm »
http://harcano.blogspot.com.es/2015/01/el-simbolismo-de-la-serpiente.html

El simbolismo de la serpiente
Por Fernando Trujillo
La serpiente, animal chamanico y sagrado ha tenido una influencia vital en las culturas de oriente y occidente, siendo representado en innumerables templos, retratos, pinturas y grabados. Cada cultura tiene su forma de retratar a la serpiente y cada civilización tiene a sus dioses serpiente.


El reverso del trono del faraón Tutankamón con cuatro figuras de la cobra uraeus de oro. FUENTE

Como veremos más adelante cada uno de estos dioses serpiente tiene diferentes nombres pero en esencia su significado es el mismo. En la cultura occidental de influencia cristiana la serpiente viene a representar el mal, la tentación y la traición, lo opuesto a su significado chamanico que es la iniciación en lo que es el reino de lo sagrado.

Esto no es una distorsión del cristianismo ni nada parecido, díéjenme les explique, cada animal arquetí­pico representa algo sagrado pero estos arquetipos animales tienen su sombra que es el arquetipo invertido. Así­ la serpiente simboliza la sabidurí­a y la iniciación, su sombra viene a representar la traición y el engaño.

Por lo tanto los cristianos modernos se equivocan al decir que la serpiente representa solo la maldad, como cada arquetipo animal tiene su dualidad y con ello sus atributos. En la cristiandad del Medievo comprendieron esta verdad y por eso la imagen del dragón fue venerada y usada como sí­mbolo de la aristocracia europea. El dragón animal aristocrático por excelencia representa la fuerza y la nobleza.
La serpiente (y su pariente cercano el dragón) es el animal que más ha influenciado a la especie humana, recordemos que estos reptiles dominaban la tierra desde hace sesenta y cinco millones de años siendo los antepasados mas arcaicos de los mamí­feros y las aves. En este artí­culo vamos a ver como la serpiente ha influenciado a la humanidad, su presencia está en la historia, en la religión e incluso en la ciencia míédica. Presente, pasado o futuro la serpiente esta aquí­.

El simbolismo reptiliano (serpiente-dragón) nos habla de fuerzas antiguas, fuerzas dormidas en el inconsciente, de esa parte de nuestra mente que permanece en las sombras. Despertar esas fuerzas podrí­a traer la locura si no se saben usar pero si se saben manejar pueden abrir la puertas hacia el mundo de los signos y del infinito.

Los hindúes llamaban a esa energí­a Kundalini y se le representaba como una serpiente enroscada que duerme en el primer chakra, según el yoga la serpiente se va despertando y se va desenrollando conforme estas fuerzas despiertas, van subiendo por los siete chakras despertando a cada uno de ellos hasta ascender al primer chakra donde la serpiente esta completa despertando la fuerza absoluta y liberando el espí­ritu.

Naturalmente el verdadero yoga es TOTALMENTE opuesto al yoga moderno que practican mujeres histíéricas sin nada que hacer o individuos contaminados espiritualmente con la ideologí­a new age. Para estos sujetos el yoga es un pasatiempo, una forma de meditación antes de ir al trabajo, en la mayorí­a de los casos estos sujetos experimentara una mera relajación y una temporal sensación de bienestar pero definitivamente no despertaran a Kundalini ni ascenderán por los siete chakras.

Volviendo al tema de Kundalini a esta se le representa con dos cabezas, una blanca y una negra representando la dualidad de este simbolismo y la ví­a que no como iniciado puede elegir. Doctrinas como el budismo, el taoí­smo, el gnosticismo y el tantra han usado el concepto de Kundalini dentro de su esquema.

En la cultura occidental existe el caduceo del dios Mercurio-Hermes el cual es representado como un bastón con dos serpientes enrolladas, una blanca y una negra. Mercurio es un dios iniciador en las fuerzas ocultas del inconsciente, se podrí­a decir que es un dios chamanico y su caduceo es una representación de estas energí­as ocultas.

El caduceo tambiíén tiene su dualidad así­ como es un bastón de sanación y regeneración (serpiente blanca) tambiíén representa la destrucción y la maldición (serpiente negra) así­ como el propio Mercurio-Hermes tiene su dualidad (dios de la medicina y dios de los ladrones y mentirosos), en la actualidad el caduceo es el sí­mbolo de la ciencia míédica y lo puedes encontrar en cualquier hospital así­ como tambiíén es el sí­mbolo de la ONU.

En diferentes culturas encontramos a los dioses-serpiente como dije al principio del artí­culo, podrí­amos citar entre ellos a Kukulkan-Quetzalcoatl de los pueblos prehispánicos, a Damballa del Vudú africano, a Tiamat de los pueblos de Mesopotamia y a los dragones de la ancestral cultura china.

En todas las mitologí­as existe la historia de una serpiente ancestral vencida en una batalla cósmica y de cuyo cuerpo se formo el mundo. En la antigua Mesopotamia era Tiamat que es descuartizada por Marduck para crear la tierra, en la religión nórdica es la gran serpiente Jormundgander la cual es lanzada por Wotan al mar que rodea Midgard donde estarí­a atrapada hasta el Ragnarok, la serpiente creció tanto de tamaño que rodeo al mundo y mordió su propia cola. En la religión azteca esta Cipactli el gran cocodrilo con el que los dioses crearon la tierra.

En estos tres mitos de tres diferentes culturas podemos ver el simbolismo reptil como el cuerpo del mundo y parte fundamental de la naturaleza, como dije antes los reptiles son los habitantes más arcaicos de este planeta.

Estas criaturas reptiles serian una representación de fuerzas violentas, indomables y terrorí­ficas dominadas por los dioses del orden (Wotan, Marduck y los dioses aztecas) despuíés de una confrontación cósmica y de cuya materia fue creado el mundo, el orden es engendrado por el caos primigenio como dirí­a el profesor Jung.


Quetzalcóatl en forma de serpiente emplumada como se muestra en el Codex Telleriano-Remensis

Los dioses-serpientes a diferencia de estos grandes monstruos vienen a representar la magia, el conocimiento y la trascendencia. Quetzalcoatl-Kukulkan dios de los pueblos prehispánicos trajo el conocimiento a estos pueblos, fundó la civilización tolteca y prohibió los sacrificios humanos. Su sobrenombre de “Serpiente emplumada” tiene una fuerte carga simbólica al ser un dios iniciático. Las alas representan el vuelo hacia el mundo de los signos y la magia, estas alas son el equivalente al casco alado de Odí­n en la mitologí­a nórdica y las sandalias aladas del dios Mercurio-Hermes.

En la tradición Vudú encontramos a Damballa una deidad que representa al principio masculino de la naturaleza, se le representa como una serpiente que tiene orden sobre otras fuerzas, en los altares Vudú Damballa es puesto primero junto con su esposa Ayida-Wedo una serpiente que representa el arco iris. Nuevamente nos encontramos con una dualidad como en el Kundalini o el caduceo de Mercurio, solo que aquí­ es una dualidad masculino-femenino, ambas serpientes representan esas fuerzas en el interior del alma humana tal como los ejemplos anteriores. Damballa no es una entidad buena o malvada, se mueve lento y astuto entre los árboles y los altares y es el menos humano de los loas (espí­ritus del Vudú), es difí­cil comunicarse con este espí­ritu (y peligroso para un mago novato) pero una vez que se le puede contactar Damballa ofrecerá su sabidurí­a por medio de acertijos y metáforas.

Lilith con una serpiente
 (John Collier, 1892)

En la tradición heríética encontramos a Lucifer originalmente un dios pagano, convertido en el diablo dentro de la tradición cristiana. Lucifer entrega el conocimiento—el fruto del írbol del Bien y el Mal—a la mujer (Eva) para liberar a la humanidad de la ignorancia. Por esto Lucifer es castigado y condenado, se rebelo y pagó el precio de su libre albedrí­o, Lucifer como un dios dador de conocimiento es asociado a la serpiente dadora de luz y de sabidurí­a.

En conclusión estos dioses-serpiente vendrí­an siendo dioses chamanes o hechiceros que entregan la llave (el conocimiento) al mago, al iniciado y al poeta para abrir las puertas de la percepción esas mismas puertas que conducen a un cosmos infinito y maravilloso.

Recientemente la neuropsicologí­a moderna ha descubierto tres cerebros o estratos dentro del cerebro humano. Estas tres capas del cerebro son el reptil, el mamí­fero y la parte que nos hace humanos.
La parte humana que está en lo más alto de nuestro cerebro seria la parte nueva, representa el pensamiento racional del hombre civilizado, el mamí­fero viene a representar nuestro lado emocional y el tercero el que se encuentra en las sombras es nuestra parte reptil la mas arcaica de nuestro cerebro y que viene a representar los instintos primitivos, el inconsciente, generalmente está relacionado con la sexualidad y la violencia.

La vida en la civilización moderna ha causado un gran desequilibrio en estas tres mentes dando lugar que los aspectos negativos de cada una de las mentes salgan a relucir.

El cerebro racional ha dado vida al hombre moderno, materialista, ateo—aunque se diga cristiano—pretencioso, corporativo, racional pero incapaz y temeroso de descubrir esas fuerzas en su interior que son las del tercer cerebro.

El cerebro mamí­fero ha dado vida a un tipo de humano sensible pero incapaz de luchar, depresivo, nihilista (no en un sentido activo sino en un sentido pasivo), conformista y temeroso de lo oculto en el tercer cerebro.

La parte reptiliana de nuestra mente que permanece oculta, encerrada bajo una llave de racionalidad y miedo por parte de los dos cerebros principales, la civilización moderna dominada por el racionalismo ateo ha creí­do dejar atrás esta parte, ha creí­do dominarlas bajo esos principios de educación y razón. Este cerebro reptiliano ha llegado a despertar bajo la presión de la vida moderna con resultados por demás trágicos. Las violaciones, los tiroteos a escuelas, los asesinatos en una oficina o en una calle en pleno dí­a, las peleas violentas en la calle o un ejecutivo agarrando a golpes a un mesero por no servirle bien un cafíé todas son expresiones de esta parte reptiliana desatadas en un momento.

El escritor Stephen King ha dicho que una manera de mantener a los reptiles calmados es dándoles historias de terror, fantasí­as violentas con las cuales alimentarse sin embargo diferentes magos del caos opinan que no hay que mantener este tercer cerebro dormido si no que hay que aventurarse a entrar en íél y descubrir sus secretos. Los magos del caos Austin Osman Spare y Peter Carroll han escrito trabajos de cómo activar este tercer cerebro, Spare tiene un sistema llamado nostalgia atávica con el cual se pueden despertar estas fuerzas.

Carroll advierte sobre esta tíécnica: “Atentos de los peligros en esta tíécnica, los magos orientales insistieron en que al Kundalini no debe permití­rsele permanecer mucho tiempo aquí­, pero debe obligársele a acceder a los centros cerebrales superiores. ... Los programas de la conciencia reptil no abarcan la compasión o la conciencia y contienen solo lo suficiente como para las necesidades de cazar, matar, comer, y reproducirse.“

Esta no es una advertencia para tomarse a la ligera, a estas fuerzas reptilianas se les debe tratar con mucho respeto y temor. No estamos hablando de cualquier fuerza mágica si no de energí­as poderosas y temibles que de despertarse por un inexperto pueden ocasionar una catástrofe emocional en el mago y en su entorno. En el camino de la magia y de los signos uno se encontrara con estas energí­as y sí­mbolos asociados a la serpiente.

Ya sea en el mundo de la magia, en la mitologí­a o en la ciencia el simbolismo de la serpiente está presente, se encuentra en el ADN humano que por cierto está en una estructura en espiral de dos cadenas enrolladas, tal como el caduceo de Mercurio y como el primer chakra. La serpiente-dragón del caos duerme en lo profundo de nuestros cerebros.

Fuente: http://imaginacionalpoder77.blogspot.com/