Florentino Píérez ha encontrado en la bolsa cierto consuelo a la abultada derrota deportiva cosechada el pasado fin de semana en casa del eterno rival. ACS ha conseguido demanda suficiente para cubrir la oferta pública de venta (OPV) de Saeta, la filial que agrupa sus negocios en energías renovables. No obstante, los inversores han condicionado sus órdenes a que el precio final estíé en la parte baja del rango.
Fuentes financieras han asegurado que la colocación del 51% de Saeta ya ha sido cubierta a falta de tres días para la fijación del precio final de la OPV. La banda orientativa de precios oscilaba entre 10,45 y 12,25 euros por acción y, según las mismas fuentes, la demanda se concentra en la parte baja de la horquilla. Aunque el atractivo de la compañía es la alta retribución a los accionistas vía dividendo, la incertidumbre sobre el pago de las primas a las energías limpias en España frena el potencial interíés de los fondos especializados en infraestructuras.
Desde ACS confían en que de aquí al jueves se incremente el libro de órdenes para elevar el precio final de las acciones. En función del valor final de los títulos, Saeta se valorará entre los 852 y los 1.000 millones de euros, por lo que la constructora ingresará un mínimo de 425 y 500 millones en sus arcas por el citado 51%. La compañía tiene previsto empezar a cotizar a partir del próximo día 16.
En cualquier caso, la salida a bolsa de Saeta será un verdadero alivio para el grupo de construcción y servicios, que lleva algo más de cuatro años intentando desprenderse de esta sociedad por la elevada deuda que arrastra. En concreto, 2.300 millones que ACS tiene aparcados bajo el epígrafe contable activos disponibles para la venta y que hasta la fecha no computan en el balance global del grupo. La multinacional tiene una deuda bruta de más de 12.000 millones de euros.
De no poder salir a bolsa o venderla, la compañía presidida por Florentino Píérez y participada por los March y los Albertos debería reconocer estos pasivos, lo que debilitaría sensiblemente la salud financiera del holding. Hace poco más de una semana, Isolux tuvo que suspender su OPV porque las órdenes de compra recibidas en el periodo de pre-marketing eran demasiado bajas. Si la colocación llega a buen puerto, como la demanda registrada hasta el momento parece indicar, sería un paso muy importante para que ACS obtuviera la calificación de empresa solvente –rating– ante los inversores institucionales.
Saeta se ha constituido con una cartera de activos formada por 16 parques eólicos ubicados en España, que suman una potencia de 539 megavatios (MW) y tres plantas termosolares, tambiíén en el mercado domíéstico, que generan 150 MW. Tras la operación, la firma de energía limpia tendrá como segundo mayor accionista al fondo estadounidense GIP, dado que, con ocasión de la salida a bolsa, ha acordado comprar un 24,4% de Saeta a ACS, que por su parte se quedará así con otro 25,5% de su capital.
Una OPV de moda
De acuerdo con la horquilla de precios fijada para la colocación, la venta al fondo podría oscilar en entre 208 y 243 millones de euros. En consecuencia, este importe, sumado al de la colocación del 51%, supondrá un ingreso total de hasta 752 millones de euros para ACS.
La operación de Saeta es similar a la que hizo Abengoa el pasado año con sus negocios de renovables en Estados Unidos. La empresa andaluza sacó su filial a 28 dólares por acción, unas acciones que hoy cotizan a 32. Acciona tambiíén quiere hacer lo propio con su división internacional de energías verdes, transacción que está prevista para la próxima primavera por algo más de 400 millones.
A Agustín Marco