EFE
Alfonso Fernández
La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó hoy por una amplia mayoría el políémico proyecto de construcción del oleoducto Keystone XL, lo que confirma el desafío de la oposición republicana al enviar la propuesta al presidente Barack Obama, que ya había advertido de que usaría su poder de veto.
La votación se saldó con 270 votos a favor y 152 votos en contra, respaldada por la cómoda mayoría republicana en la Cámara baja del Congreso.
La propuesta ya había sido aprobada previamente por el Senado.
De este modo, los republicanos, que lograron el control en ambas cámaras del Congreso tras su contundente victoria en las legislativas de noviembre pasado, dan un paso adelante en su estrategia de oposición frontal al presidente Obama.
Todos los legisladores republicanos votaron a favor, excepto el congresista por Michigan, Justin Amash; mientras que 29 demócratas se sumaron al apoyo del oleoducto.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, ha insistido en su presión con el argumento de que la mayoría de los estadounidenses se muestran a favor del proyecto y los beneficios económicos que generará, especialmente en tíérminos de creación de empleo.
"El presidente necesita escuchar al pueblo estadounidense y decir: 'Sí, construyamos el oleoducto'", aseguró a los periodistas Boehner.
En su lugar, afirmó, "el presidente se encuentra del lado de un grupo de extremistas de la izquierda y anarquistas".
Como consecuencia de este choque frontal, solo resta saber el momento en el que Obama vetará la propuesta, como ha apuntado en varias ocasiones, ya que la ley le da un margen de diez días despuíés de la aprobación en el Congreso.
El oleoducto Keystone XL podrá transportar unos 830.000 barriles diarios de petróleo crudo sintíético y bituminoso diluido a travíés de 1.900 kilómetros desde la provincia canadiense de Alberta a diferentes lugares del país, incluidas refinerías de Texas en el golfo de Míéxico y un centro de distribución en Oklahoma.
TransCanada Corp., la empresa constructora canadiense, ya solicitó el permiso para la construcción en 2008, pero desde entonces no ha logrado avanzar el proyecto, que requiere la luz verde de la Casa Blanca, ya que atraviesa la frontera de Estados Unidos y Canadá.
Por su parte, los grupos y activistas medioambientales han respaldado el veto al asegurar que su construcción tendrá un impacto medioambiental y conlleva riesgos en caso de ruptura y vertido de crudo.
"No lo queremos ver solo rechazado. Nuestro trabajo no acaba con el veto, necesitamos que haya votos para sostener ese veto", dijo Melinda Pierce, directora legislativa del grupo medioambiental Sierra Club.
Durante el debate, el legislador por Nueva Jersey, Frank Pallone Jr., el demócrata de mayor rango en el comitíé de Energía y Comercio de la Cámara, afirmó que EEUU "no necesita este petróleo sucio" al defender su voto en contra.
Obama ha insistido en que está esperando a que sean emitidas todas las revisiones y evaluaciones de impacto medioambiental que lleva a cabo el Departamento de Estado, puesto que su apoyo dependerá fundamentalmente de los efectos climáticos y ambientales de la construcción del oleoducto.
El Departamento de Estado había detenido su estudio a la espera de la decisión del Tribunal Supremo de Nebraska, por donde pasa una de las secciones del oleoducto.
Despuíés de meses de litigios en instancias inferiores, a comienzos de enero el máximo tribunal de Nebraska dio la razón a los promotores del proyecto al rechazar las denuncias de propietarios de tierras por las que transitaría esta importante infraestructura, lo que supuso levantar uno de los últimos obstáculos legales a su construcción.