Tesla, la responsable de que el coche elíéctrico no sólo volviese a estar de actualidad sino que lo convirtió en un objeto de deseo, la que liberó sus patentes para fomentar la generalización de esta tecnología y la que está construyendo la mayor fábrica de baterías del mundo, ha vuelto a entrar en escena, en esta ocasión para anunciar una nueva herramienta pensada para facilitar la vida a aquellos consumidores que apuesten por el autoconsumo energíético.
A falta de más detalles, que Elon Musk, CEO de Tesla, ha asegurado que llegarán en cuestión de semanas, se trataría de una batería domíéstica para el almacenamiento de energía, ya fuese en puntos de recarga específicos o combinándola con sistemas basados en energías renovables, principalmente eólica y solar.
De esta forma, Tesla podría facilitar a miles de usuarios en todo el mundo que fuesen independientes de la red elíéctrica, algo que los que apuestan por la autonomía energíética recibirán con los brazos abiertos, y más si viene de un fabricante solvente como es la compañía de Elon Musk.
Las elíéctricas contra el autoconsumo energíético
A cambio, levantará algo más que ampollas entre el sector de las compañías elíéctricas, que en España siempre se han opuesto al autoconsumo. De hecho, fueron los principales defensores del llamado impuesto al sol, el peaje de respaldo que el Gobierno incluyó en la propuesta del Real Decreto de Autoconsumo (no aprobado aún). Se trataría de una tasa que los usuarios de sistemas de autoconsumo tendrían que pagar, siempre que estos estuviesen conectados a la red, para colaborar a su mantenimiento. La propia Comisión Nacional de la Energía pidió la eliminación de este peaje por considerarlo discriminatorio para los que producen su propia energía y por hacer inviables los proyectos de autogeneración.
Eduardo Montes, presidente de UNESA, la patronal que agrupa a las cinco grandes elíéctricas de España (Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, E.ON y EDP), explicaba en una entrevista el pasado mes de noviembre su postura a favor del peaje: “La red elíéctrica la estamos utilizando entre todos, y entre todos la tenemos que pagar. Y claro que el autoconsumidor puede dejar de pagar… si se desengancha. Utilizando un símil, es igual que una autopista de peaje, cada vez que circulo por ella, la use mucho o poco, vaya más deprisa o más despacio, tengo que pagar los costes. Si no quiero pagar el peaje, tengo otras alternativas, como circular por caminos o por carreteras secundarias. Algo similar es lo que pasa en nuestro sistema elíéctricoâ€.
Por lo tanto, es de suponer que un sistema que favoreciese el autoconsumo totalmente independiente de la red elíéctrica, con tecnología eficaz para acumular el exceso de energía generada y dar refuerzo en los momentos en que esta no fuese suficiente, contaría con la oposición casi segura de las grandes empresas energíéticas de nuestro país, que a su vez podrían ejercer presión sobre el Gobierno para que dificultase su entrada y acceso en nuestro país.
Como decimos, no se conoce mucha información todavía sobre el funcionamiento o las prestaciones de la batería que Tesla está preparando. Pero si tomamos como ejemplo la que fabrica Toyota para su modelo Mirai (el primer coche de hidrógeno fabricado en serie y pensado para el gran consumo), podría estar basada en el hidrógeno y tener una capacidad como para suministrar energía durante una semana entera a una familia con un consumo medio.
California no es España
Forbes explica que California podría ser un sitio prometedor donde comenzar a implantar estas baterías, ya que el Estado tiene el objetivo de incrementar el uso de tecnologías de almacenamiento de energía para complementar la generación de electricidad a partir de la energía solar. De hecho, representantes de Tesla aseguran que son las elíéctricas uno de sus principales clientes potenciales, que podrían utilizar sus baterías para solucionar problemas de irregularidad en la generación y el suministro.
Además, tanto allí como en países como Alemania, Holanda, Dinamarca o Canadá, las instalaciones de sistemas de autoconsumo basados en energías renovables, que serían las que más provecho podrían sacar de estas baterías domíésticas, están reguladas de forma favorable para el consumidor utilizando un esquema llamado balance neto. En íél, los consumidores que cuentan con una pequeña instalación de energía solar o eólica pueden verter a la red elíéctrica el exceso de electricidad producida y a cambio reciben un bono para consumirla cuando la necesiten.
En España este esquema no ha logrado implantarse, a pesar de ser demandado por muchos de esos usuarios, argumentando que fomentaría la utilización de energías renovables y el consumo racional de los recursos, a la vez que aseguraría el suministro en momentos de menor generación.
Por todo esto, la mano que Tesla pretende tender a los particulares que apuestan por generar su propia energía aún tiene un largo camino por delante. Primero, tenemos que conocer detalles importantes, como funcionamiento, precio, vida útil y plazos de tiempo en que estará disponible (aunque estos podrían ser más cortos de lo esperado: la producción podría empezar en seis meses y llegar al mercado a finales de este año o principios del que viene). Despuíés, está por determinar quiíénes podrían beneficiarse de estas baterías: ¿serán solo los que cuenten con sus propios sistemas de generación? ¿O será posible recargarlas en las electrolineras?
Pero además, habrá que ver, concretamente en nuestro país, cuál es la reacción de las compañías elíéctricas, si encajan con elegancia la llegada de un nuevo actor que ayudará a muchos usuarios a independizarse energíéticamente por fin o si se revolverá y utilizará los medios a su alcance para impedir o al menos entorpecer su expansión todo lo posible. Si a la experiencia nos remitimos, la segunda opción parece desde luego la más probable.
Rocío P. Benavente