La Comisión Europea presentará este miíércoles la Unión Energíética. La idea del nuevo ejecutivo comunitario es completar el mercado único y reformar el modo en que Europa genera, distribuye y consume energía para aprovechar la oportunidad que brindan los precios bajos del petróleo.
Según un borrador del proyecto, al que tuvo acceso elEconomista, la Comisión prepara una ambiciosa propuesta legislativa con la intención de rediseñar el mercado para permitir la entrada de nuevos productores, principalmente con renovables (autoconsumo), y facilitar que los consumidores puedan tener una participación en el mercado actuando sobre la demanda.
La intención es que los ciudadanos asuman la transición energíética utilizando la tecnología para reducir sus facturas (contadores digitales o electrodomíésticos más eficientes). Según la Comisión, el mercado minorista no funciona adecuadamente y "un inaceptable alto porcentaje de hogares europeos no pueden permitirse pagar las facturas energíéticas". Por ese motivo, la Comisión pedirá a los estados miembros una hoja de ruta para eliminar las tarifas reguladas de luz y gas natural en 2016.
Supervisión periódica
La Comisión analizará cada dos años los precios de la energía, así como el rol de los impuestos y los subsidios con la intención de que se eliminen dichos precios regulados. Al mismo tiempo considera que los estados deberán proponer un mecanismo de protección para los consumidores vulnerables que debe ser asumido por los sistemas de protección social. Además recomienda que si se decide cargar al mercado energíético -como ha sucedido en España- se debe implementar como una tarifa solidaria o un descuento en los recibos.
La UE además recomienda un buen diseño de este sistema para evitar las distorsiones derivadas de los precios regulados y mantener bajo control los costes para evitar la aparición de díéficits tarifarios.
En el lado de la demanda, Bruselas cree que tiene que haber un cambio profundo para que los ciudadanos desempeñen un papel más activo como consumidores a la hora de adaptar su consumo a señales de precios transparentes y en tiempo real, con un mayor control de su gasto energíético para ahorrar. Un extremo que España ya está estudiando para ponerlo en marcha.
La Unión Energíética tambiíén pretende reforzar la seguridad de la energía. Para ello, Bruselas necesita diversificar su suministros de gas para hacerse más resistente a los cortes de suministro y para ello fomentará acuerdos con Noruega, Argelia, Turquía o Estados Unidos como proveedores estables y cuando llegue el momento con Rusia.
La Comisión prepara un paquete de medidas entre este año y 2016 para revisar la actual regulación. Además, la UE elaborará una estrategia para el GNL y el almacenamiento de gas y trabajará con los estados miembros para incrementar la transparencia de los contratos y mejorar el acceso al corredor del sur y la entrada de gas desde Argelia.
La Comisión quiere además poder controlar en su fase temprana los acuerdos intergubernamentales. Para ello, en 2016 propondrá una revisión que permita que la UE se exprese con una sola voz mejorando su diplomacia energíética.
Plan Juncker
Bruselas realizará tambiíén una apuesta importante por las infraestructuras. Para ello, a lo largo de este año, ha identificado 33 proyectos estratíégicos que se sumarán a los 248 ya identificados en 2013 y se comprometen a revisarlos cada año. El Ejecutivo comunitario además se compromete a darles financiación a travíés de los fondos estructurales europeos, del nuevo fondo para inversiones estratíégicas de Europa o del programa Connecting Europe Facility.
La Comisión revisará en 2015 y 2016 las competencias de ACER y de Entsoe para reforzarlas como reguladores europeos.
El nuevo ejecutivo comunitario prevíé tambiíén revisar toda la legislación sobre eficiencia energíética para facilitar conseguir el objetivo de reducir un 27 por ciento el consumo en 2030 y destinarán más fondos para la renovación del equipamiento de los hogares. Bruselas desarrollará iniciativas que faciliten el acceso a financiación para enriquecer el consumo energíético de los edificios y propondrá medidas para mejorar el transporte acrecentando el acceso a los combustibles alternativos. La Comisión planteará un nuevo paquete de renovables entre 2016 y 2017 en el que se apoye la biomasa y biocarburantes.
A parte de la Unión de la Energía habrá dos informes más: La Comunicación Rumbo a París que representará la posición de la UE en las negociaciones sobre el cambio climático de diciembre y la Comunicación sobre los avances hacia el objetivo de interconexión del 10 por ciento fijado por el Consejo Europeo en 2014.
Rubíén Esteller