Juan Miguel Villar Mir (Madrid, 1931) tiene ahora 83 años. Suficientes para mirar atrás con la satisfacción de un trabajo bien hecho y hacia el adelante con prudencia. La megaoperación de fusión de Ferroatlántica con el grupo americano Globe Specialty Metals es parte de ese estado vital.
Ferroatlántica es una de las joyas de la corona que ha creado en los últimos treinta años este empresario, considerado como la sexta fortuna de España, con un patrimonio superior a los 3.400 millones de euros, según el último ranking de la revista Forbes. La fusión con Global Specialty Metals forja un nuevo futuro para la compañía.
La mejor oportunidad
Los que le conocen personalmente, y los que no, saben que Villar Mir no es un octogenario al uso. Su obsesión por el orden le está llevando desde hace años a dejarlo todo atado y bien atado. Y su inagotable espíritu gimnástico –con el que empezó a construir su imperio cuando ya peinaba canas–, hace que siga, día y noche, a la caza y captura de la mejor oportunidad empresarial. Desde 1987, el Grupo Villar Mir, el hólding bajo el que se aglutinan todas sus empresas, ha protagonizado una treintena de operaciones de compra. Más de una al año.
Pero en los últimos años, además de realizar incursiones empresariales de primer orden que siguen fortaleciendo la actual cuenta de resultados del hólding, Villar Mir tambiíén ha ido preparando al grupo, con unas ventas superiores a los 6.000 millones, para un futuro postVillar Mir, que supere el corsíé de un grupo familiar.
Este empresario, con tres hijos, ha ido dejando la primera línea ejecutiva y traspasando la gestión a profesionales externos: Pedro Larrea en Ferroatlántica; Josep Piquíé en OHL; y María Luisa Huidobro en Energya. La transición, que se ha hecho sin ruido y sin sobresaltos, continúa. Fertiberia acaba de nombrar a Javier Goñi nuevo presidente, cargo que compatibilizará con el de consejero delegado, que ya desempeñaba desde 2012.
Al margen del indudable encuadre estratíégico, la fusión de Ferroatlántica tiene otra lectura dentro de la metamorfosis del grupo familiar. Ferroatlántica se convierte en un grupo cotizado, del que, llegado el caso, sería más fácil vender las acciones. Esa estrategia de convertir las partes del hólding en activos más líquidos no es exclusiva del grupo de ferroaleaciones. Fuentes financieras explican que hace meses tambiíén se buscaron aliados para Fertiberia, aunque no se logró cerrar una operación con potenciales interesados, entre ellos, alguno del Este de Europa. Aquella búsqueda se paró, pero no se descarta que se reactive a medida que la economía repunta.
Bajo las últimas operaciones de adquisición realizadas por Villar Mir subyace un denominador común: son activos líquidos, bien porque cotizan, o porque están en mercados en movimiento con claros indicadores de precios. Algunas de esas operaciones han conllevado, además, una reordenación de otros activos del grupo, o la pueden desencadenar. Por ejemplo, a travíés de OHL, Villar Mir entró en Abertis a cambio de la filial OHL Brasil. Luego, entró en Inmobiliaria Colonial, y desencadenó rumores sobre una posible fusión con Inmobiliaria Espacio. Algunos movimientos tambiíén han marcado otra novedad, al convertirse en la excepción que confirma una de las máximas del grupo: la autonomía entre divisiones. El grupo hacía gala de una estructura “divisional con plena autonomía entre divisiones y sin condicionantes de grupoâ€. La ventaja: los problemas de una no contaminaban al resto. La desventaja es que se pierde visibilidad como grupo. Pero ahora, Abertis se controla desde Inmobiliaria Espacio y con OHL. í‰sta, a su vez, tambiíén está en Canalejas, aunque este proyecto sea inmobilirio.
Miguel íngel Patiño