El proyecto faraónico de La Cartuja, uno de los edificios estrella que ideó el expresidente de la SGAE, Teddy Bautista, y que le costó a la entidad 78 millones de euros, languidece despuíés de tres años cerrado, sin que se le pueda dar ningún tipo de uso.
Según confirman fuentes próximas a la entidad, el espacio, que está contabilizado en libros por unos 35 millones, se está deteriorando poco a poco y necesitaría al menos otros 11 millones de euros más para poder ponerlo en marcha. Es algo muy dificil porque en este momento, y tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, parece que nadie está dispuesto a ello.
La opción que cobra así más fuerza es la de venta, pero en la entidad que gestiona los derechos de autor admiten que "como mucho se podrían conseguir 15 o 20 millones de euros por íél, por lo que las minusvalías serían fortísimas". El problema es que sólo en Sevilla hay otros dos auditorios más. Uno está en la Isla de la Cartuja y otro en el Palacio de Congresos, con lo que resulta muy complicado encontrar un uso adecuado para el mismo dado la saturación de oferta.
El Auditorio de la Cartuja forma parte del "megalómano y personalista" proyecto que puso en marcha Teddy Bautista a travíés de la red de teatros Arteria. Es un holding en el que no sólo comprometió 442 millones de euros de los autores (un 48 por ciento por encima del presupuesto de 300 millones anunciado inicialmente) sino que supuso además otra "vía de escape a los fondos" de la entidad, tal y como recogió la auditoría de 2011.
Tras la intervención judicial de la SGAE en julio de ese año y la detención de Teddy Bautista, la entidad que representa los intereses de los autores contrató al catedrático de Derecho Civil y magistrado excedente del Tribunal Supremo Ramón López Vilas para que auditara las malas prácticas. Y sus conclusiones no dejaron lugar a duda.
Presupuesto inflado
Su informe mostraba, por ejemplo, que la SGAE infló hasta en 10 millones de euros el presupuesto de la obra estrella, el auditorio sevillano de la Cartuja. El faraónico proyecto estaba presupuestado inicialmente en 68 millones de euros y, según la auditoría, "la inversión probablemente alcance los 78 millones de euros". La mayor parte del desvío económico "injustificado bajo criterios profesionales", según la auditoría hecha en aquel momento, provenía de la partida de equipamiento escíénico.
l frente de la gestión económica de las obras estaban los responsable tíécnicos y económicos de Arteria: íngel Quintanilla, amigo de Bautista desde su íépoca de músico, y Emilio Cabrera García, primo del expresidente. Tanto Quintanilla como Cabrera, que fueron destituidos de sus cargos al poco de saltar el escándalo, habían sido contratados directamente por Bautista para sustituir a la gestora Gerens Hill en 2010, aunque el inicio de sus relaciones laborales se remonta varios años atrás.
El arquitecto lo denunció
El estudio de arquitectura que encabeza Santiago Fajardo, que estaba a cargo del proyecto hasta junio de 2011, había denunciado en la misma línea que Arteria, el holding empresarial de la SGAE que gestiona los espacios escíénicos por todo el mundo, habría el presupuesto el auditorio en, al menos, 20 millones de euros entre 2010 y 2011. En un email enviado el 10 de mayo de 2011, el histórico arquitecto de la entidad gestora informó al expresidente, Teddy Bautista, de un desvío en los costes generales de la obra a costa de las reservas de 4 millones de euros.
Y no sólo es eso. Fajardo denunció tambiíén que en el presupuesto de los costes de edificación se había incluido una partida de 1,5 millones de euros en concepto de instalaciones especiales "sin justificar por la Dirección Tíécnica" y de contratos de mantenimiento por 170.000 euros "ajenos al coste de la edificación". Menos de un mes despuíés de ese email, Fajardo dimitía de su cargo como arquitecto del Auditorio de Sevilla, que cuenta con 36.000 metros cuadrados construidos.
Además del Auditorio, la SGAE mantiene tambiíén, entre otros activos, los teatros madrileños de Lope de Vega y Coliseum, concesiones de explotación del Paral.lel de Barcelona, Campos Elíseos de Bilbao y el Teatro Carlos Pellegrin en Argentina, este último lleva varios años intentando vender sin íéxito.
"El problema es que vender ahora supone en todos los casos meter al propietario último de Arteria, la Fundación Autor. Es un grave problema financiero. Habría un desequilibrio patrimonial que requeriría el apoyo de los socios de SGAE", explican las fuentes consultadas. Sobre todo en un momento en el que la entidad presenta números rojos, tiene pendiente de aprobación las cuentas de 2013 y mantiene un patrimonio neto negativo de más de 8 millones. La SGAE eligió la semana pasada una nueva junta, de la que saldrá nuevo presidente.
Javier Romera / ífrica Semprún