El nuevo plan estratíégico de CaixaBank hasta 2018 prevíé mantener la actual política de distribución de dividendos, aunque contempla la posibilidad de retornar capital a los accionistas con el pago de un dividendo extraordinario en 2017.
El plan prevíé que el pay-out (parte de los beneficios que se destinan a dividendos) de CaixaBank sea, como mínimo del 50%, aunque no se descarta que pueda ser superior en función de los resultados. El objetivo es que el 100% de dividendo se pague en efectivo, un proceso que se iniciará ya este año al alternar los pagos trimestrales en efectivo con la opción de cobrar en acciones.
Sin embargo, CaixaBank estudiará distribuir un dividendo extraordinario en 2017 o poner en marcha un programa de recompra de acciones en el caso de que el capital principal (CET1) supere el ratio del 12%.
El banco contempla que pueda producirse esta situación de capital sobrante dentro de dos años como consecuencia de la liberación de capital que implicará la paulatina disminución de los activos inmobiliarios y la reducción de los activos tóxicos en balance, que se habrán reducido un 60% en 2018.
S. Saborit