Algo está cambiando en el panorama energíético de Estados Unidos. Mientras el presidente, Barack Obama, presume de su poder de veto tras bloquear el oleoducto Keystone XL -un movimiento que se ha interpretado como la primera gran victoria de los ecologistas en los últimos años, el crecimiento de la energía fotovoltaica se ha disparado y la potencia instalada crece a un ritmo nunca visto en el país del crudo barato. El país ha añadido unos 6,2 nuevos gigawatios de potencia solar en 2014, un 30% más que los instalados en 2013.
Y buena parte de la culpa de esa explosión (a ese ritmo la potencia se duplica cada poco menos de tres años) la tiene una especie de pasión que parece haberse desatado no sólo entre las grandes compañías elíéctricas, sino especialmente en centenares de miles de hogares estadounidenses.
De los cerca de 600.000 domicilios que ya cuentan con este tipo de paneles, nada menos que 200.000 se apuntaron a la fotovoltaica en 2014, conforme a los datos publicados por la consultora GTM Research.
Se multiplica por 16
Para hacerse una idea del acelerón que ha adquirido la solar fotovoltaica en la primera potencia mundial basta con echar la vista a 2009, cuando se añadieron 382 gigawatios, lo que supone que en los últimos cinco años las instalaciones se han multiplicado por 16.
La reducción de costes (de cerca de un 10% anual considerando la instalación completa) tiene mucho que ver con esta nueva tendencia, que se hace especialmente significativa en el año del gran desplome del crudo.
Pero incluso a los precios actuales del barril de petróleo, que ayudan a refrescar el precio de fuentes alternativas como el gas natural, el crecimiento está garantizado: se estima que al acabar 2015 se habrán instalado 8,1 nuevos gigawatios, casi 2 gigawatios más que el año anterior. Y de ellos, seis de cada diez en los tejados de domicilios particulares.
Claro que tambiíén ayudan los incentivos de algunos estados, que abaratan el coste para los usuarios finales, aunque cada vez lo hacen menos. De los poco menos de 5 gigawatios que se instalaran en hogares el próximo año, GTM estima que la proporción de familias que apuestan por la fotovoltaica por su precio en el mercado, neto de subvenciones, será ya del 10%.
Y no sólo en el sur
Por estados, los que más crecieron en energía solar en 2014 fueron aquellos cuyas respectivas legislaciones estatales favorecen más la adopción de la fotovoltaica. California -con un tamaño similar a España- ocupó el primer lugar, seguida muy de lejos -en una proporción de 1 a 10- por Carolina del Norte o Nevada, y otros territorios menos asociados en el imaginario popular con la luz del Sol, como Massachusetts, Nueva York o Nueva Jersey.
Actualmente la capacidad total instalada en Estados Unidos es de 20 gigawatios, una cantidad suficiente para alimentar hasta 4 millones de hogares, pero que aún queda lejos de los 38 gigawatios de Alemania, o de los cerca de 30 gigawatios de China.
Fernando Puente