«Vamos a ser oportunistas». Con esta frase explicaba Gonzalo Gortázar, consejero delegado, la estrategia que seguirá la entidad.
En una reciente presentación a analistas, el directivo anticipó que CaixaBank aprovechará la situación que atraviesan los mercados y venderá deuda para materializar 1.000 millones de euros de plusvalías latentes que atesora en balance según datos a cierre del ejercicio 2014.
«No pensamos que sea un buen momento para aumentar la cartera ALCO, pensamos que estamos al final de un ciclo de altas rentabilidades», dijo el número dos de la entidad catalana. A día de hoy, CaixaBank tiene 22.400 millones de euros de deuda pública en la cartera de disponible para la venta (AFS) y 6.300 millones a vencimiento (HTM).
Aunque Gortázar prefirió no marcar en rojo ninguna fecha en el calendario para llevar a cabo la desinversión, CaixaBank prevíé que en los próximos tres años la cartera de críédito sana vaya ganando peso en el balance de forma progresiva en detrimento de la cartera de renta fija.
Concretamente, el aumento previsto para el críédito será de cinco puntos porcentuales en el periodo 2014-2018, mientras que la disminución de la renta fija estimada en el mismo plazo será de tres puntos. Y de forma paralela, está previsto que la contribución al margen de intereses del críédito vaya a más y la de la renta fija, a menos.
Los intereses de la renta fija han sido una importante muleta para mejorar los resultados de los bancos a lo largo de la crisis. Contribuyen a este epígrafe de la parte alta de la cascada de resultados, pero la mejora de los mercados financieros y de la economía española ha desplomado los rendimientos de los bonos soberanos debido al menor riesgo de impago, por lo que su aportación es cada vez menor.
Como el precio de la deuda soberana evoluciona de forma inversa a su rentabilidad, la venta de la deuda reportaría jugosos beneficios a las entidades si venden los bonos que compraron a precios inferiores. En este caso, los ingresos de la venta mejorarían los resultados de los bancos al engordar el Resultado de Operaciones Financieras (ROF).
CaixaBank obtuvo un ROF de 640 millones de euros en el ejercicio 2014, lo que significa un descenso del 5,8% con relación al año anterior. Según las previsiones de los directivos, el volumen anual de este epígrafe en el futuro será de aproximadamente 400 millones de euros, de los que una parte será recurrente y otra procederá de las plusvalías latentes que se vayan materializando.
La entidad que preside Isidro Fainíé no es la única que atesora plusvalías de deuda pública en balance. Pero sí es la primera que ha anunciado públicamente su intención de ejecutarlas. Según datos facilitados por las propias entidades, a cierre de 2014 las plusvalías latentes en la banca española suman casi 8.100 millones de euros.
Tambiíén tienen significativas plusvalías por deuda pública en la cartera clasificada como disponible para la venta (AFS) BBVA (3.000 millones) y BFA Bankia (1.500 millones). A continuación se encuentran Santander (920 millones), Sabadell (900 millones), Liberbank (570 millones), Popular (100 millones) y Bankinter (90 millones).
Alicia Crespo
