Michael OLeary, el políémico consejero delegado de Ryanair, ha comentado en numerosas ocasiones que le gustaría volar a Estados Unidos y que el precio de salida de los billetes sería de unas diez libras (14 euros).
Ante semejante propuesta, muchos pensaron que este plan era imposible y que se trataba simplemente de una nueva provocación del ejecutivo irlandíés. Sin embargo, Ryanair está hoy más cerca que nunca de ofrecer vuelos trasatlánticos a sus pasajeros.
El consejo de administración de la compañía ha aprobado los planes para que la aerolínea de bajo coste pueda volar a destinos de larga distancia como Estados Unidos y Asia, dentro de un plan de crecimiento a cinco años que acaba de ser presentado.
Ryanair es actualmente la mayor compañía de bajo coste de Europa, gracias a sus bajos precios y a su densa red de destinos. En el ejercicio cerrado en marzo de 2014 transportó 82 millones de pasajeros.
Los planes para conectar Europa con diversas ciudades de Estados Unidos llegarían en un plazo de cuatro o cinco años, según ha anunciado la empresa.
El principal reto que tiene Ryanair para cumplir este objetivo será lograr acuerdos con los grandes fabricantes de aviones -Boeing y Airbus, principalmente- para tener lo antes posible una flota capaz de realizar estos recorridos de larga distancia. Con sus aviones actuales no es posible realizar estos trayectos.
Norwegian Airlines, una de las low cost que más ha crecido en Europa en los últimos años, ya está realizando vuelos de larga distancia a Estados Unidos. El precio inicial de los billetes entre Londres y Nueva York es de 149 libras (209 euros). La compañía noruega está utilizando los Boeing Dreamliner para realizar esta ruta.
La ruta del Atlántico, actualmente controlada por aerolíneas tradicionales como British Airways, es una de las más rentables del mundo, especialmente en la clase business.
Amparo Polo