Por… Salvador González Briceño
En verdad que sorprende Yanis Varoufakis, el ministro griego de economía. Sus planteamientos para el rescate de la eurozona —y de colofón a Grecia—, parecen muy originales. Pero pretende una suerte de New Deal de Roosevelt, estilo Keynes tras la crisis del 29, para salvar el experimento de la zona Euro, con algunas salvedades que no menciona o no vislumbra. (Ver: “Una agenda europeaâ€, del 15/03/2015, en:http://iniciativadebate.org/2015/03/17/una-agenda-europa).
Bueno el diagnóstico, Varoufakis sostiene varias tesis, todas importantes, que resumiremos en: 1) Un fuerte optimismo emocional fue el que se impuso de origen, creyendo que la unión monetaria forjaría vínculos estrechos entre las naciones y que, como en la crisis de 2008, los dirigentes europeos optarían por la imprescindible unión política. 2) El modelo de crecimiento de la Eurozona descansó en la financiarización privada guiada por los bancos, e impulsada por las exportaciones de las naciones superavitarias. 3) La eurozona decidió negar la crisis e insistió en lidiar con las insolvencias que generó el estallido de las burbujas, tanto del sector bancario como de la deuda pública, como problemas de liquidez. 4) El resultado fue la transferencia de píérdidas en la contabilidad de los bancos a los contribuyentes, tal que el grueso del ajuste lo asumieron los países de peores condiciones. 5) La Eurozona sigue atrapada en una crisis existencial. “Constituye un desafío para todos nosotros el que no estemos en condiciones de cumplir ni con la rectitud fisca ni con el estímulo keynesiano. Seguir obnubilados con estíériles debates sobre si hay que recortar los díéficits presupuestarios o aumentarlos con montos insignificantes, es cosa tan peligrosa como tediosa.â€
Por tanto, lo que se requiere es “otra cosa†—dice Varoufakis—: “Una lógica diferente, un despliegue razonable de las instituciones existentes a fin de atacar el problema de raízâ€. Pues en tanto la deflación por deuda se coma el potencial europeo de prosperidad, los gobiernos andarán con falsas expectativas.
Quíé propone Varoufakis: la “Europeización descentralizadaâ€. ¿Quíé es eso? “Estimular la gobernación federal del euro sin federación†y sin píérdida de soberanía. Europeizar deuda pública, inversión, banca y crisis humanitaria. Este último como un programa de mitigación del hambre y la pobreza. Por ejemplo, en materia de inversión, “a gran escalaâ€, para generar crecimiento. Invertir los ahorros ociosos, pese al temor de que los productos no se vendan. El BCE quiere: comprar activos altamente líquidos para poner coto a las expectativas deflacionarias; no comprar bonos alemanes, italianos o españoles, para no ser acusado de favorecer a Alemania, Italia o España.
Pero el BCE podría, sin perder su compromiso macroeconómico: Que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) se embarque en un programa de recuperación con inversión del 8% del PIB de la Eurozona, en proyectos de infraestructura a gran escala; emitir bonos que cubran el total de la financiarización de dicho programa, y; para evitar los ríéditos al alza de los bonos del BEI por su relevancia, el BCE deberá entrar al mercado secundario para comprar los bonos del BEI que sea necesario, para mantener los niveles de ríéditos actuales.
Es la recomendación de Varoufakis: que el BCE opere vía la flexibilización cuantitativa (QE, por siglas en inglíés), la compra de un solo tipo de activos. Los eurobonos no tóxicos emitidos por el BEI a nombre de los estados de la Unión Europea (UE). Así no habrá problemas del tipo de bonos a adquirir y, además, la propuesta de QE respaldaría “directamente las inversiones productivas, algo muy distinto de inflar instrumentos financieros en riesgoâ€.
Habría áreas, oportunidades de inversión, como el sector de “energías verdesâ€, la “unión digitalâ€, o proyectos que valgan la pena. En otro tenor, remover de los presupuestos nacionales una parte de la carga, lo que permitiría revertir el declive actual de la inversión pública sin endeudar adicionalmente a los estados desde las transferencias fiscales; para a la vez incentivar a los inversionistas privados.
Un futuro brillante para Europa en la medida que se sirva de “la eurocrisis como la gran oportunidad de realizar los Estados Unidos de Europaâ€. Todo lo que quede en el camino será llevar a la fragmentación, al colapso del euro y la desintegración de la UE. En fin, dice el autor, “lo que tenemos aquí es el potencial para estimular un New Deal europeo sin necesidad de un Tesoro federal, sin necesidad de ningún tipo de transferencias fiscales de ninguna otra institución nuevaâ€. Y se necesita del liderazgo superavitario de países como Alemania para realizarlo. El New Deal no le costará nada a Alemania y Holanda, porque el financiamiento procederá de la emisión de bonos del BEI que, en cambio, ayudará a regular el exceso de liquidez y a restaurar los fondos de pensiones de Alemania. Incluso Alemania podría encabezar el “Plan Merkelâ€.
Para Varoufakis hay otras opciones, como la europeización de las deudas nacionales para la unificación de los sistemas bancarios para atacar la pobreza y el hambre. Es, en fin de cuentas, una propuesta interesante para el rescate de la eurozona. Solo que adolece de un precepto central. Coloca toda la esperanza en un sistema financiero que vela solo por sus intereses, así sea del potencial del BCE. Los banqueros difícilmente le apuestan a la inversión en el sector productivo; como al combate de la pobreza. Es. Mejor dicho, una propuesta tan inteligente como llena de buenas intenciones.
Pero ¿Alemania cederá a estas ideas? ¿Merkel estará lista para financiar el desarrollo de la Eurozona? El futuro apunta más, siguiendo el razonamiento de Nickolas Kaldor que el ministro griego cita al principio de su nota, a que: “La unidad monetaria y económica no precedió a la unidad políticaâ€. Difícilmente será. El capitalismo, en su fase actual de financiarización privada que domina a los estados, no tiene salidas negociadas o consensuadas. Por eso al cabeza de la presente nota.
Suerte en sus inversiones…