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Autor Tema: La banca salva el proyecto Phoenix con más de un año de retraso  (Leído 55 veces)

Eguzki

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Con más de un año de retraso, y con un diseño más descafeinado de lo previsto, la gran banca española ha puesto en marcha el proyecto Phoenix destinado a salvar empresas muy endeudadas, pero viables. A falta de BBVA, los cinco grandes han firmado un contrato marco y de gestión de estas sociedades con N+1 y McKinsey. BBVA prevíé hacerlo en breve. Para lograr el pacto, los bancos han desestimado crear un fondo común y solo crearán vehí­culos para cada empresa a salvar.

Cuestión de horas o de dí­as, y solo a falta de que BBVA firme el contrato de gestión, el proyecto Phoenix (conocido como Fíénix), comienza a andar legalmente, aunque descafeinado sobre el plan inicial. Todos los grandes bancos –Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Popular– han logrado ponerse de acuerdo para firmar la creación de este proyecto impulsado inicialmente por Bankia (entidad de capital público) y el ministro de Economí­a, Luis de Guindos, según apuntan fuentes financieras, aunque el ministerio se ha desligado de íél, según ha explicado en alguna ocasión este departamento.

Su arranque, de hecho, se produjo el pasado 31 de marzo con el acuerdo definitivo para refinanciar la deuda de GAM. Pero el acuerdo de gestión ha nacido, de momento, cojo. Ese dí­a parecí­a que se habí­an conseguido vencer los obstáculos y llegar a un consenso sobre como articular este proyecto. Los seis grandes bancos estaban citados en el despacho de Urí­a Meníéndez para firmar la constitución de gestión de este proyecto, ya muy descafeinado sobre el plan inicial, pero BBVA faltó a la cita, aunque tení­a hasta el 7 de abril para hacerlo.

La entidad que preside Francisco González ha sido la más exigente a la hora de participar en este proyecto, explican fuentes financieras. Admiten, no obstante, que tras desestimar la creación de un vehí­culo común en el que se iba a incluir a todas las empresas elegidas para su recapitalización (como defendí­an gran parte de los bancos) y optar por un modelo desmutualizado con la constitución de un instrumento para cada compañí­a que la banca vaya a salvar habí­a accedido a participar en el proyecto, BBVA habí­a dado su conformidad. El nuevo modelo, de hecho, habí­a sido propuesto por este banco, ya que no estaba de acuerdo –lo mismo que CaixaBank– a mutualizar en una misma sociedad las empresas elegidas para su recapitalización. Pero, de momento, el banco azul no ha hecho acto de presencia en el despacho de Urí­a Meníéndez, aunque lo hará, según aseguran.

El problema ahora es que considera que aún queda algún fleco en la forma de rescatar a General de Alquiler y Maquinaria (GAM), primera empresa que salva Phoenix, y BBVA quiere tener todo atado. El nuevo proyecto incluye la entrada de nuevos socios con deuda en la empresa a salvar, que en el caso de GAM, además de los seis grandes está Kutxabank y Liberbak, que han confirmado su participación en el vehí­culo creado solo para esta sociedad. Será con la firma de estas dos entidades cuando BBVA tambiíén firme el contrato. No quiere más sorpresas negativas, afirman fuentes del sector.

Bodegas Chivite y Condesa son las otras dos empresas elegidas para ser salvadas por los seis grandes. La gestión de estas empresas estará delegada en las firmas de N+1 y McKinsey, a travíés de una gestora independiente denominada Phoenix Asset Management, que estará integrada por un equipo especializado. La supervisión del proyecto se llevará a cabo mediante un comitíé de seguimiento, formado por representantes de cada una de las entidades financieras. Las relaciones entre estos bancos y el comitíé quedan reguladas por el acuerdo marco. La selección de las empresas a salvar se evaluará caso a caso y se hará por unanimidad entre los bancos, sociedad gestora y los accionistas de las propias compañí­as. Las participaciones provendrán de la capitalización que harán las entidades de la deuda bancaria no sostenible de las empresas.

Para vender una empresa los bancos tendrán la obligación de vender conjuntamente una de las participaciones siempre que uno de los socios reciba una oferta vinculante de compra que represente al menos el 50% de la sociedad. Este socio tendrá derecho a exigir a los demás la venta obligatoria de parte o la totalidad de sus participaciones para cubrir el porcentaje de capital objeto de la oferta, en las mismas condiciones que se venda las suyas.

íngeles Gonzalo Alconada