El primer ministro italiano Matteo Renzi presentó el pasado viernes el Documento de Economía y Finanzas (DEF), en el que desgranó las previsiones económicas para Italia y abrió la puerta a una nueva revisión del gasto público por unos 10.000 millones de euros.
En uno de los anexos del documento, aparecen las infraestructuras estratíégicas para el Gobierno de Renzi y entre las 25 principales ya no figura la autopista A12 que prevíé unir Roma y Latina y a cuya concesión, valorada en 2.700 millones de euros, aspira Sacyr, a travíés de su filial SIS.
Esta decisión, que ha inaugurado el mandato del nuevo ministro de Infraestructuras y Transporte, Graziano Delrio, implicará la suspensión de la licitación de la autopista, al menos hasta el próximo mes de septiembre cuando está previsto que se revise la lista. Así lo ha denunciado el presidente de la Comisión de Medio Ambiente y Obras Públicas del Parlamento italiano, Ermete Realacci. La exclusión de la obra del programa de infraestructuras estratíégicas ha generado gran controversia entre las autoridades locales, que han pedido encontrarse con el ministro para aclarar la situación.
Porque el proyecto ya se encuentra en su fase final para elegir la concesionaria de la autopista. Además de SIS, filial de Sacyr de la que posee el 49 por ciento del capital -el 51 por ciento restante está en manos de la constructora local INC-, al último corte tambiíén ha llegado la italiana Salini Impregilo, socio de la constructora española junto con la belga Jan de Nul y la panameña Cusam en el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC) que ejecuta la construcción del Canal de Panamá.
La A12 Roma-Latina abarca 87 kilómetros y el valor del contrato alcanza los 2.700 millones de euros, por lo que se trata de un proyecto muy relevante para las aspiraciones de la compañía que preside Manuel Manrique de desarrollar su actividad en Italia, un país estratíégico para el grupo.
Presencia consolidada
No en vano, en los últimos meses la constructora española, a travíés de SIS, tambiíén ha pujado hasta el final por la concesión del tramo de la autopista italiana A21 que enlaza Brescia, Cremona y Piacenza. Hace unos días, sin embargo, las autoridades italianas eligieron la propuesta de la constructora local Satap, propiedad de la familia Gavio. Esta concesión, con una duración máxima de 30 años, está valorada en 683 millones. A la espera de conocer una decisión definitiva por parte del Gobierno de Renzi, Sacyr, en cualquier caso, tiene una presencia consolidada en Italia con infraestructuras como la autopista Pedemontana-Veneta, que conectará las ciudades de Vicenza y Treviso y cuya concesión es de 46 añosla construcción de la autopista DG48 entre Salerno y Reggio Calabria, el desdoblamiento de la línea ferroviaria entre Palermo o el Aeropuerto de Punta Raisi.
La multinacional española tambiíén se encargó de la construcción de la carretera entre Cesana y Claviere, en Turín, y participó en el consorcio que se adjudicó el proyecto del Puente del Estrecho de Messina, que las autoridades italianas decidieron finalmente suspender.
Javier Mesones