EFE
La cuñada del extesorero del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil detenido por las corruptelas en la estatal Petrobras contra la que tambiíén fue dictada una orden de captura, se entregará hoy a las autoridades, según informó su abogado de defensa.
Marice Correa, cuñada de Joao Vaccari y quien el jueves fue declarada "fugitiva" por las autoridades, que sospechan que tambiíén está implicada en los desvíos de dinero en la petrolera, llegó hoy a Brasil, desde Panamá, y viajó desde Sao Paulo a Curitiba, donde se concentran las investigaciones, de acuerdo con su abogado Claudio Pimentel.
El abogado declaró a una radio que Correa estaba en Panamá participando en un seminario y retornó al país en la madrugada de este viernes.
Pimentel detalló que, como ella se entregaría voluntariamente a las autoridades, la Policía Federal en Sao Paulo concordó para que viajara en compañía de sus abogados y por su cuenta a Curitiba, capital del sureño estado de Paraná.
Contra Correa pesa una orden de captura desde el pasado miíércoles, pero la Policía informó que no la encontró en su domicilio ni en su trabajo, por lo que pasadas 24 horas despuíés de la orden de captura, se la declaró como fugitiva.
"No habrá ninguna dificultad para probar la inocencia de ella", manifestó confiado el abogado.
Vaccari asumió la tesorería del PT en 2005, despuíés de que su antecesor, Delubio Soares, fuera implicado en un asunto de sobornos en el Congreso, por el que fue a prisión con 25 empresarios y políticos condenados en el mayor escándalo de corrupción ocurrido durante la gestión de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).
Según la Policía, Vaccari intermedió para que empresas del área de la construcción, que supuestamente pagaban sobornos para hacerse con contratos de la estatal Petrobras, desviasen parte del dinero que obtenían con la petrolera para financiar campañas políticas del PT y otros partidos.
Tras ser detenido en su domicilio este miíércoles, Vaccari dejó su cargo en el PT, lo cual fue comunicado por la propia formación a travíés de un comunicado en que respaldó a su dirigente, mientras que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, no se ha pronunciado sobre este caso, que agrava la crisis política de su Gobierno.