El viento sopla a favor de las empresas de energías limpias en España despuíés de digerir la tormenta de la reducción de las primas impuesta por el Gobierno. El último en interesarse por invertir en nuestro país es Blackstone, que ha hecho una oferta por adquirir Eolia Renovables a un grupo de family offices que se sintieron engañados por los promotores de esta compañía, N+1.
El fondo estadounidense, uno de los más grandes del mundo, ha presentado una propuesta de compra a travíés de Fisterra Energy, una de sus filiales dedicadas en exclusiva a las inversiones en energías verdes. Su director es Pedro Barriuso, un buen conocedor del mercado español ya que anteriormente fue presidente ejecutivo de la estadounidense Element Power tras ser el hombre fuerte de Iberdrola en renovables.
La oferta de Blackstone ha llegado en medio de una guerra interna de varios de los accionistas minoritarios de Eolia Renovables, que se habían sublevado tras recibir una propuesta de adquisición vinculante de otros dos fondos estadounidenses, Oak Hill y I Square. Estas dos firmas habían ofrecido comprar las acciones de los pequeños inversores a una media de tres euros por acción, cuando el precio medio de los títulos en las sucesivas ampliaciones de capital que hizo Eolia era de 6 euros.
Algunos de estos accionistas, entre los que se encuentran bancos como Sabadell, Bankinter y Kutxabank, así como algunas de las grandes fortunas más importantes de España, como los Hinojosa, se han sentido engañados por la propuesta de Oak Hill e I Square, por lo que sospechan que estos dos fondos de infraestructuras van de la mano de la familia Merigó y de N+1, el promotor de la sociedad.
Esta no es la primera vez que N+1 busca alternativas para sus inversores disidentes. En 2008, contrató a Citi para intentar la salida a bolsa en pleno calentón de este tipo de compañías, financiadas con grandes primas pagadas por el sector elíéctrico tradicional. En aquel momento, Eolia se llegó a valorar en 1.000 millones. Pero el crash bursátil y el derrumbe económico mundial obstaculizaron la oferta de acciones.
Dos años despuíés, lo intentó de nuevo de la mano de Deutsche Bank y de Goldman Sachs. Pero los inversores institucionales no pagaban más de 600 millones por la sociedad, que ya tenía a muchos pequeños accionistas en pie de guerra. Ante este segundo fracaso, Miguel Salís, consejero delegado, inició el troceo del grupo con la venta de activos en Míéxico.
Fue cuando llegó la oferta de First Reserve, un fondo estadounidense que apenas valoró Eolia en 300 millones ante las primeras medidas del ministro de Industria, Josíé Manuel Soria, para recortar los beneficios de las renovables.
Eolia está participada por cerca de 150 accionistas. Los más importantes son Pireneal, con el 15,33%, un grupo de inversores de Castilla y León; Inverduero Eólica, con el 6,15%; Sabadell, con el 5,74%, Gesfesa Energía, con el 5%; Bankinter, con el 3,7%; BBK, con el 3,58%; N+1, con el 3,26%; Fonditel,con el 3,40%, Kutxa, con el 2,95% y Miguel Salís, consejero delegado, con el 2,39%. El restante 48,26% está en manos de numerosos pequeños empresarios que aportaron sus activos o clientes de N+1.
Agustín Marco