Por... Leticia Hernández
La lectura de las venas del dedo, parte de los datos biomíétricos del usuario, es el nuevo mecanismo que ya han implementado varios cajeros en Europa, con el cual se podrá acceder a transacciones de retiro, consultas de saldo y balance, así como transferencias sin necesidad de emplear las tarjetas.
La convergencia de dispositivos móviles con los cajeros automáticos eleva las posibilidades de desarrollar nuevos servicios para el usuario final y fortalecer la seguridad con el uso de la identificación de datos biomíétricos como una de las tendencias en la actualidad.
Al pensar en las tendencias futuras en la industria de los cajeros automáticos, (ATMs por sus siglas en inglíés), la integración móvil, la transformación de las sucursales bancarias, la seguridad y el reciclaje de efectivo son las principales categorías de inversión que predominan en cada región del mundo.
Dos de los bancos más grandes de Israel serán las primeras instituciones en ese país en usar la identificación por datos biomíétricos para autorizar transacciones de sus clientes en su red de cajeros automáticos a travíés de una aplicación en los telíéfonos inteligentes para escanear la huella del dedo para confirmar su identidad.
La contraseña del futuro… serás tú
La convergencia de telíéfonos inteligentes con los ATMs es una vía para utilizar la tecnología biomíétrica de reconocimiento a un menor costo, según estos bancos israelíes, ya que instalar puntos de identificación biomíétrica en los ATMs es muy costoso.
En Europa, la primera red de cajeros biomíétricos fue anunciada en 2014 por ITCARD, proveedor de servicios bancarios en Polonia, que implementará una red de dos mil máquinas que a travíés de la tecnología de reconocimiento de venas en el dedo dará el acceso a los usuarios para transacciones de retiro, consulta de balance o transferencias, sin necesidad de tarjetas o pin, una tecnología desarrollada por Hitachi Europe.
“Las contraseñas han sido por mucho una parte integral y aceptada en las transacciones de los usuarios. Reemplazarlas con alternativas biomíétricas como huellas de los dedos provee mayor seguridad, sin embargo no elimina por completo los riesgos de caer en la ciberdelincuenciaâ€, según Matt White, gerente senior de KPMG en la práctica de ciberseguridad.
Expone que el mayor reto para que la biomíétrica continúe expandiíéndose entre los usuarios de servicios financieros es el establecimiento de la confianza del consumidor. “Tratar de convencer al promedio de personas de implantar una pieza de tecnología para incrementar la seguridad de su cuenta ya percibida como segura, es un batalla difícil de ganarâ€, advierte KPMG.