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Autor Tema: Cientí­ficos demuestran que se puede robar energí­a a otras personas, aquí­ teníéis  (Leído 503 veces)

Scientia

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Cientí­ficos demuestran que se puede robar energí­a a otras personas, aquí­ teníéis 5 consejos para mantener limpio vuestro espacio


Parece ser que vampirizar a otras personas en el sentido de robarles su energí­a es posible y que lo hacen las plantas como ha demostrado un equipo de investigación biológica de la Universidad de Bielefeld, en Alemania, que hizo un descubrimiento revolucionario mostrando que las plantas pueden extraer una fuente alternativa de energí­a de otras plantas. Así­ lo reveló Nature Communications. El tema es que este hallazgo tambiíén podrí­a tener un impacto importante en el futuro de la bioenergí­a: la evidencia de que la gente tambiíén saca energí­a de otras personas.

El equipo de investigación biológica del Dr. Olaf Kruse pudo confirmar, por primera vez, que una planta (el alga verde Chlamydomonas reinhartii), no solo usa la fotosí­ntesis, sino que usa una fuente alternativa de energí­a: la puede sustraer de otras plantas. Las flores necesitan agua y luz para crecer. Con las personas pasa lo mismo.

Somos como esponjas y absorbemos las energí­as del entorno . “Cuando los estudios energíéticos se vuelvan más avanzados en los próximos años, vamos a ver que esto se traducirá a los seres humanos tambiíén”, dijeron los especialistas. “El organismo humano es muy parecido a una planta. Toma la energí­a necesaria para alimentar los estados emocionales y esta esencia puede energizar las cíélulas”.

“El campo de la bioenergí­a está en constante evolución. Los estudios sobre el mundo vegetal y animal pronto podrán traducirse y mostrar lo que los metafí­sicos de energí­a han sabido todo el tiempo”, explica la psicologí­a y curadora energíética, la Dra. Olivia Bader-Lee, que concluye: “ Los humanos pueden curarse entre sí­ simplemente a travíés de la transferencia de energí­a al igual que las plantas”. .

“Los humanos podemos absorber y sanar a travíés de otros seres humanos, los animales y cualquier parte de la naturaleza. Por esa razón, estar cerca de la naturaleza a menudo es estimulante y energizante para tanta gente y tambiíén es por eso que ciertas personas se pueden sentir incómodas en grupos especí­ficos donde hay una mezcla particular de energí­a y emociones”, concluyó la especialista.

Estas son las 5 herramientas para limpiar el espacio personal al estar en contacto con otros:

1- Mantenerse centrado. Si uno está centrado espiritualmente (y no ensimismado en su ego) se puede sentir cuando algo se mueve en nuestro espacio de energí­a. Si uno está conectado a la tierra, se pueden liberar fácilmente la energí­a y las emociones de otras personas intencionadamente.

2- Estar en un estado de no-resistencia. Lo que se resiste, queda. Si uno se siente incómodo con una determinada persona o un grupo, no hay que entrar en resistencia como una forma de protegerse a sí­ mismo. Hay que moverse a un estado de no-resistencia: imaginar que el cuerpo es claro y transparente como el cristal o el agua. De esta manera, la mala energí­a pasará a travíés de uno.

3- Ser dueño del espacio del aura personal. Cada uno tiene un aura energíética que rodea nuestro cuerpo. Si no somos dueños de este espacio personal, somos vulnerables a la energí­a ajena. Tomar conciencia de los lí­mites del aura propia (alrededor de un brazo de distancia del cuerpo alrededor, arriba y abajo) es una manera de ser dueño del espacio personal.

4- Darse una limpieza energíética. El color dorado tiene una alta vibración que es útil para despejar la energí­a ajena. Hay que imaginarse una ducha, con la flor dorada, en el lí­mite superior del aura (un poco más arriba que la cabeza) y abrirla, para dejar que la energí­a limpia y dorada recorra el aura y el cuerpo hasta la tierra.

5- Volver a llamar a la energí­a propia. Cuando tenemos nuestra energí­a en nuestro propio espacio, hay menos espacio para la energí­a de otros. Pero a medida que nos centramos en otras personas y proyectos, a veces esparcimos nuestra energí­a alrededor. Hay que crear una imagen de un claro sol de oro a varios metros por encima de la cabeza y que sea un imán, para atraer toda la energí­a y purificarla en la energí­a de oro. Despuíés bajarlo a travíés de la parte superior del aura y liberar esa energí­a de nuevo en el espacio personal. Es algo muy común.

Hay que dejar de “vampirizar” a otros y que no nos cueste tanto “enchufarnos” a la fuente primigenia que nos aporta energí­a, sentirnos a nosotros mismos, conectarnos al amor puro e incondicional, a esa energí­a divina. En el transcurso de unas díécadas, los cientí­ficos pasaron de la convicción de que no hubiera algo que se pudiera llamar un campo energíético alrededor del cuerpo humano, a la convicción de que este campo existe. Además, comprendemos cada vez más el papel de estos campos energíéticos en cuanto a la salud y a la enfermedad. La mayorí­a de la gente no es consciente todaví­a de estas investigaciones y persisten en su actitud de que no hay una base lógica para la curación energíética.