JAIME RINCí“N
España está en la final del Mundial. Pocas veces se verá un final de partido tan emocionante y controvertido. España se adelantó en el marcador en dos ocasiones (una de ellas ya en la prórroga), pero Italia respondió y logró establecer el empate en ambas situaciones. La última, con un gol de Grana, a falta de un minuto para el final. El partido iba camino de resolverse en los penaltis...cuando apareció la jugada del partido. Foglia anotó un tanto inaudito en propia puerta sobre la bocina y España agarró el billete para la final. Allí espera la anfitriona Brasil. íšltimo escollo para lograr el tercer Mundial consecutivo.
Surrealista, increíble, pintoresco...todos estos calificativos se le podrían aplicar al final de partido que se presenció en la segunda semifinal del Mundial de Brasil entre España e Italia. En un partido que ganó en emoción con el paso de los minutos, España se llevó la victoria merced a un fallo, a una carambola del italiano Foglia sobre la bocina. Y es fue en el último suspiro de la segunda mitad de la prórroga. Ver para creer.
Máxima efectividad
Los papeles que se presumía adoptarían uno y otro conjunto fueron intercambiados desde el comienzo del partido. Italia tomó la iniciativa y España se dedicó a cerrar espacios y esperar su momento. Los hombres de Nuccorini dominaban pero sin peligro, sin inquietar lo más mínimo a Luis Amado. Y entonces llegó el momento de los campeones. Daniel, que había sido duda hasta última hora, recogió un balón suelto en el área para fusilar a Feller en lo que fue el único tiro de España en la primera mitad.
A partir de ahí, los de Venancio López comenzaron a especular con el resultado. Podían permitírselo ante una Italia sin ideas y que sólo creó cierto peligro con un disparo lejano de Grana y una volea de Foglia que se fue arriba al filo del descanso. Pero la 'azzurra' espesa y sin mordiente dio paso a un conjunto agresivo y con profundidad tras el paso por vestuarios.
Abonados al sufrimiento...y la suerte
El conformismo de España y la competitividad italiana presagiaban lo que Bertoni se encargó de advertir y Foglia de certificar: el empate. El '10' de Italia finalizó una excelente jugada personal y puso justicia en el marcador. Fue entonces cuando se vio a la España que todos conocemos, la que toca y llega, la que asfixia al rival...y llegaron las ocasiones: Borja en dos ocasiones y Fernandao (discreto partido el del 5 español) pudieron poner por delante a los nuestros, pero no fue así y el partido se fue a la prórroga.
El encuentro siguió el mismo camino hasta que Fernandao, justo antes de terminar la primera parte, encarrilaba el camino a la final con un tremendo derechazo. Sin embargo, y con cinco jugadores ya de campo sobre la cancha, Italia volvió a empatar gracias a un punterazo de Grana.
Faltaba un minuto para el final y todo apuntaba a la tanda de penaltis. Entonces la diosa fortuna se alió con España en la última jugada del choque. Faltaban doce segundos para el final y España sacaba desde la línea de banda. Un ataque rápido, un balón atrás y Foglia, que llegaba en carrera, despeja hacia su portería; el balón toca en el palo y el '10' italiano, no falló en la segunda oportunidad: gol y España a la final. Italia protestó al considerar que el tanto era fuera de tiempo, pero la políémica apareció por un despiste en el cronómetro del marcador. Italia sacó de banda cuando faltaban doce segundos pero el árbitro mandó repetir porque había que secar una zona de la cancha. Cuando volvió a sacar, el cronómetro estaba en nueve segundos: había contado los del saque invalidado. España pasaba a la final con lo que se suele llamar la suerte de los "campeones".
