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Autor Tema: Una lección de economí­a del Nobel .El Pais.19-10-08  (Leído 687 veces)

Phant

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Una lección de economí­a del Nobel .El Pais.19-10-08
« en: Octubre 19, 2008, 07:50:09 pm »
El Dow Jones se dispara; no, se desploma; no, se dispara; no, se...


Una lección de economí­a del Nobel
 
Todos los sí­ntomas apuntan a un desplome económico feo, brutal y largo

Hay que darle a la economí­a la ayuda que precisa. No es momento de preocuparse por el díéficit
No importa. Mientras el maniacodepresivo mercado de valores domina los titulares, la historia más importante son las lúgubres noticias que llegan sobre la economí­a real. Ahora está claro que rescatar a los bancos es sólo el principio: la economí­a no financiera tiene tambiíén una desesperada necesidad de ayuda.

Y para proporcionar esa ayuda vamos a tener que dejar de lado algunos prejuicios. Está polí­ticamente de moda despotricar contra el gasto estatal y pedir responsabilidad fiscal. Pero ahora mismo, un mayor gasto estatal es justo lo que el doctor receta, y las preocupaciones sobre el díéficit presupuestario deben ser dejadas en suspenso.

Antes de que llegue a eso, hablemos de la situación económica.

Esta misma semana hemos sabido que las ventas minoristas se han caí­do por un precipicio, al igual que la producción industrial. El desempleo está a niveles de una brusca recesión y el í­ndice de manufacturas de la Fed de Filadelfia está cayendo a su ritmo más rápido en casi 20 años. Todos los sí­ntomas apuntan a un desplome económico que será feo, brutal y largo.

¿Cómo de feo? La tasa de desempleo está ya por encima del 6% (y mediciones más amplias de subempleo están en cifras de dos dí­gitos). Ahora es virtualmente seguro que la tasa de desempleo se irá por encima del 7%, y bastante posiblemente por encima del 8%, haciendo de íésta la peor recesión en un cuarto de siglo.

¿Y cómo de largo? En realidad podrí­a ser muy largo.

Piensen lo que sucedió en la última recesión, la que siguió al estallido de la burbuja tecnológica de finales de los noventa. A primera vista, la respuesta de las autoridades polí­ticas a esa recesión parece una historia de íéxito. Aunque se habí­an extendido los temores de que Estados Unidos experimentara una díécada perdida al estilo japoníés, eso no ocurrió: la Reserva Federal fue capaz de impulsar una recuperación desde esa recesión bajando los tipos de interíés.

Pero lo cierto es que estuvimos pareciendo japoneses por un buen rato: la Fed lo pasó mal hasta lograr darle empuje a la economí­a. A pesar de las repetidas rebajas de los tipos de interíés, que ocasionalmente rebajaron el tipo de los fondos federales a sólo el 1%, la tasa de desempleo se mantuvo al alza; pasaron más de dos años antes de que el panorama del empleo empezara a mejorar. Y cuando finalmente llegó una recuperación convincente, fue sólo porque Alan Greenspan se las habí­a arreglado para reemplazar la burbuja tecnológica con una burbuja inmobiliaria.

Ahora le ha llegado el turno de estallar a la burbuja inmobiliaria, dejando el paisaje financiero lleno de restos desparramados. Incluso si los esfuerzos en marcha para rescatar el sistema bancario y descongelar los mercados de críédito funcionan -y aunque todaví­a es pronto, los primeros resultados han sido decepcionantes-, es difí­cil imaginarse una recuperación inmobiliaria en algún momento próximo. Y no parece obvio que haya otra burbuja esperando su turno. Así­ que a la Fed va a resultarle todaví­a más difí­cil esta vez darle empuje a la economí­a.

En otras palabras, no hay mucho que Ben Bernanke pueda hacer por la economí­a. Puede y debe rebajar los tipos de interíés todaví­a más, pero nadie espera que eso haga más que proporcionar un leve impulso económico.

Del otro lado, hay mucho que el Gobierno federal puede hacer por la economí­a. Puede proporcionar prestaciones ampliadas a los desempleados, lo que a la vez ayudará a las angustiadas familias a arreglárselas y pondrá dinero en los bolsillos de gente que probablemente se lo gastará. Tambiíén puede proporcionar ayuda de emergencia a los gobiernos estatales y locales, de modo que no se vean forzados a bruscos recortes de gastos que a la vez degraden los servicios públicos y destruyan empleos. Puede comprar hipotecas (aunque no a su valor nominal, como ha propuesto John McCain) y reestructurar los tíérminos de los príéstamos para ayudar a las familias a seguir en sus casas.

Y íéste es tambiíén un buen momento para embarcarse en algunas inversiones en infraestructuras importantes, que el paí­s necesita miserablemente en cualquier caso. El argumento habitual contra las obras públicas como estí­mulo económico es que tardan demasiado: para el momento en que consigues reparar ese puente o mejorar aquella lí­nea de ferrocarril, el desplome económico ha quedado atrás y ya no hace falta el estí­mulo. Pues bien, ese argumento no tiene valor ahora, en la medida en que las probabilidades de que este frenazo se supere pronto son virtualmente nulas. Así­ que pongamos esos proyectos en marcha.

¿Hará la próxima Administración lo que hace falta para lidiar el frenazo económico? No si McCain logra la victoria. Lo que necesitamos ahora mismo es más gasto público, pero cuando le preguntaron a McCain en uno de los debates cómo harí­a frente a la crisis, contestó: "Bueno, lo primero que tenemos que hacer es poner el gasto bajo control".

Si Barack Obama se convierte en presidente, no tendrá el mismo movimiento reflejo de oponerse al gasto. Pero tendrá que enfrentarse en Washington a un coro de personas a su alrededor diciíéndole que tiene que ser responsable, que los grandes díéficits que el Gobierno tendrá el año próximo si hace lo correcto son inaceptables. Obama debe ignorar ese coro. Lo responsable, ahora mismo, es darle a la economí­a la ayuda que necesita. No es momento de preocuparse por el díéficit.


Paul Krugman es profesor de Economí­a en la Universidad de Princeton y premio Nobel de Economí­a 2008. Âé New York Times Service, 2008.




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Re: Una lección de economí­a del Nobel .El Pais.19-10-08
« Respuesta #1 en: Octubre 19, 2008, 08:53:15 pm »
Gran aporte para empecer Phant. A seguir en esa linea. :023:
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