EFE
La justicia francesa investiga un presunto robo de tres cuadros a Catherine Hutin-Blay, la hija de la que fue la última pareja de Picasso, Jacqueline Roque, que había denunciado los hechos en marzo, procedimiento que llevó al arresto esta semana del marchante de arte Olivier Thomas.
La información fue revelada hoy por "Le Figaro" y "Le Parisien", que precisó que Thomas -57 años, gerente de Air Transit International, empresa de compraventa de arte- había sido detenido el lunes por la policía y quedó ayer en libertad sin cargos.
La Fiscalía de París abrió una investigación el 23 de marzo por robo, receptación y estafa sobre la base de la querella presentada ese mes por Hutin-Blay (67 años), que denunciaba la desaparición de su residencia de Mougins de un cuadro de Rembrandt de 1656, "L'Homme au casque d'or" y dos retratos de su madre hechos por Picasso en 1957, "Femme se coiffant" y "Espagnole í l'íéventail".
La hija de Jacqueline Roque -que había estado absorbida por el proceso por la ocultación de 271 de obras de Picasso por el electricista del artista por el que íéste fue condenado en febrero- afirma que en 2008 encargó al marchante de arte un inventario antes de que los fondos que estaban en Mougins, en el último taller del genio español, fueran trasladados.
Olivier Thomas los trasladó a unas instalaciones de Air Transit y la relación con Hutin-Blay se deterioró, sobre todo cuando a finales de 2012 le trató de impedir el acceso a los almacenes de la empresa, hasta que ella forzó una visita al amenazar con llamar a la policía, pero entonces no detectó que faltara nada.
En enero de este año, las cosas cambiaron cuando el restaurador Flavio Capitulano le preguntó a la heredera de Picasso si había vendido dos retratos de su madre, según "Le Figaro".
Capitulano había recibido un encargo de Olivier Thomas para restaurar los tres cuadros que son ahora objeto de la querella, y que según el marchante de arte procedían de una compra a "un fondo de taller de Picasso".
El restaurador, en su declaración, contó que esos lienzos se habían colgado para que los pudiera examinar un supuesto comprador, que según diversas informaciones era el magnate ruso Dimitri Rybolovlev, propietario del club de fútbol de Mónaco.
De hecho, Rybolovlev ha iniciado un procedimiento legal contra la empresa de almacenamiento de arte Natural Le Coultre en Ginebra, y contra su presidente, Yves Bouvier, imputado en febrero por estafa, ya que el magnate ruso le reprocha haberle engañado sobre el precio de compra de algunas obras.
Se da la circunstancia de que Bouvier es socio de Thomas. "Le Figaro" indicó que, al saber Rybolovlev que había una denuncia de Hutin-Blay, que reclama 10 millones de euros por daños y perjuicios, decidió devolver los cuadros objeto de controversia y querellarse por estafa.