En pocos días hemos conocido la colocación de varios bloques de participaciones significativas en empresas de distintos sectores del mercado español.
NH, Enagás y Dia son algunos de los ejemplos de compañías de las que se han vendido porcentajes significativos de acciones por el míétodo de «colocación acelerada entre inversores institucionales».
Uno de los indicadores que siguen los inversores profesionales para determinar si un mercado está cerca de agotar un movimiento, ya sea alcista o bajista, es el volumen de compras/ventas de accionistas cualificados.
En los periodos en los que los mercados han acumulado fuertes caídas, los directivos y accionistas de referencia tienden a aumentar su posición en la compañía puesto que estiman que íésta está infravalorada y que es un buen momento de compra.
Lo contrario ocurre cuando accionistas que llevan mucho tiempo en una compañía estiman que el recorrido a corto plazo de los títulos es limitado. En ese caso, deciden deshacer toda o parte de su participación.
A tenor de lo visto en las últimas semanas en el mercado español, los inversores de referencia de algunas compañías podrían haber visto que las acciones de sus compañías están correctamente valoradas y que el recorrido a corto plazo no es muy grande.
Los inversores aprovechan la mayor liquidez y predisposición del mercado
Obviamente este movimiento no es una ciencia exacta y para nada supone un indicador infalible de toma de posiciones en el mercado. El incremento en la actividad vendedora de los accionistas de referencia puede responder a muchas razones distintas, y no sólo al nivel de valoración de la empresa. Esta información debe tomarse con cautela, pero no deja de ser relevante analizar el aumento o disminución de las posiciones de aquellos inversores que mejor conocen una compañía.
En EEUU existen índices que reflejan el volumen de compras o ventas de los denominadosinsider, cargos o accionistas de referencia en una empresa. Estos índices agregan la actividad de este tipo de inversores en el conjunto del mercado norteamericano y son muy útiles para detectar momentos en que aumenta significativamente la actividad de estos accionistas y su posicionamiento.
En el caso de la Bolsa española, y dado que viene de la mayor crisis financiera de la era moderna, puede que las ventas no estíén sólo motivadas por la sobrevaloración y que su causa sea la necesidad de recuperar la inversión tras muchos años de espera o que los vendedores estíén valorando otras opciones alternativas.
Lo que sí parece claro es que el escenario ha mejorado significativamente y que tanto empresas como inversores están aprovechando la mayor liquidez y predisposición del mercado para ampliar capital, colocar bloques de acciones o sacar compañías a Bolsa.
La Bolsa española podría estar iniciando un periodo alcista de largo plazo, si las economías española y europea consiguen entrar en una nueva fase de crecimiento tras la reciente recesión. Si se cumple la expectativa, puede que las ventas de acciones en bloque no sean ninguna indicación determinante del agotamiento del mercado.
En todo caso, conviene seguir el volumen y frecuencia de las colocaciones de bloques para poder determinar si el nivel de actividad es normal o es lo suficientemente alto como para significar una señal de alerta
Javier Montoya