The Associated Press
La principal empresa de telefonía celular de Nigeria señaló el domingo que necesita urgentemente diíésel para prevenir la suspensión de servicios en el país —en el más reciente caso de un negocio afectado por una crisis de combustible que comenzó hace meses en el mayor productor de petróleo de ífrica.
Muchos aviones ha quedado en tierra y aerolíneas extranjeras han desviado vuelos a otros países para reabastecerse de combustible. Algunas estaciones radiales han suspendido transmisiones.
El errático sistema de suministro elíéctrico en Nigeria mantiene a los negocios dependientes de generadores de diíésel. Nigeria produce más de dos millones de barriles diarios de crudo, pero importa la mayoría del combustible refinado porque no mantiene sus refinerías.
El partido del presidente electo Muhammadu Buhari acusó el domingo al gobierno del presidente Goodluck Jonathan de destruir intencionalmente la economía.
"La situación apesta a sabotaje", dijo el portavoz Lai Mohammed en una declaración. "Nunca en la historia de nuestro país un gobierno ha entregado a otro un país en peores condiciones: Sin electricidad, sin combustible, trabajadores en huelga, una deuda de miles de millones a empleados estatales y federales, 60.000 millones de dólares en deuda nacional y la economía está virtualmente paralizada".
Buhari asume la presidencia el viernes.
La firma celular MTN Nigeria, que tiene más de 50 millones de usuarios, dijo en un mensaje en Twitter que el servicio comenzará a deteriorarse en 24 horas si no encuentra diíésel. Algunos usuarios ya están sufriendo problemas y la red de telíéfonos fijos en Nigeria se desplomó hace años.
"Las reservas disponibles de MTN están bajas y la compañía debe conseguir una cantidad significativa de diíésel en el futuro inmediato para prevenir una suspensión de servicios en Nigeria", dijo el ejecutivo de servicios corporativos Akindale Goodwill en el mensaje.
La crisis comenzó cuando los abastecedores de petróleo, afectados por problemas de críédito e intereses no pagados, denunciaron que el gobierno les debe hasta 1.000 millones de dólares por combustibles y subsidios desde octubre de 2014. Señalaron que no podían costear el suministro de combustibles.
Chóferes de camiones cisternas que no han recibido pagos por los abastecedores iniciaron una huelga la semana pasada, a la que se sumaron otros empleados del sector.