Por... Iván Cachanosky
Hace 135 años, en mayo de 1880, Juan Bautista Alberdi brindó un discurso en la Universidad de Buenos Aires a egresados de la Facultad de Derecho. Para aquel entonces Alberdi se encontraba en una edad avanzada y se cuenta que apenas pudo leer unas pocas palabras y que su voz se apagaba. Sin embargo, ese discurso se conoció posteriormente como el escrito “La Omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individualâ€.
Es impactante como el escrito mantiene vigencia con las falencias del Estado hoy día en Argentina y en varios países de Amíérica Latina. Basta sólo con recordar algunos párrafos y cualquier lector podría sentir que lee un escrito que podría ser de la actualidad. A continuación repasaremos sólo algunos de los párrafos redactados por Alberdi hace 135 años donde se podrá ver con claridad que su vigencia continúa intacta.
“Si dejáis en manos de la Patria, es decir, del Estado, la suma del poder público, dejáis en manos del Gobierno que representa y obra por el Estado esa suma entera del poder público.
Si lo hacíéis por una constitución, esa Constitución será una máquina productora de un despotismo tiránico que no dejará de aparecer a su tiempo, por la mera razón de existir la máquina que le servirá de causas y ocasión suficienteâ€.
Los casos más visibles de la utilización de la constitución para satisfacer a los gobernantes son el de Venezuela y Argentina. Sin embargo, hay otros países que “en nombre de la patriaâ€, modifican las leyes sin importar los daños a individuos y a la propiedad privada. En este sentido pueden sumarse Bolivia y Ecuador. Y yendo aún más lejos, ni Chile queda exento con la actual presidente y su programa de reformas que mantienen las inversiones en vilo.
Ya en aquel entonces, Alberdi advertía los riesgos de la democracia, entendiendo que el sistema puede ser muy peligroso cuando íésta no se encuentra limitada. En cuanto el sistema democrático se vuelve ilimitado, la tiranía vuelve a reinar. La diferencia será en que la tiranía la aplicará una mayoría y no un rey, pero sería una tiranía al fin de cuentas.
“El gobierno se llamó sucesivamente monarquía, aristocracia, democracia: pero ninguna de esas revoluciones dio a los hombres la verdadera libertad, que es la libertad individualâ€.
El autor en su ensayo relata como varía el entendimiento del patriotismo revelando que en íépocas antiguas era más bien una religión o vinculada a dioses antiguos. Hoy día, el patriotismo responde a leyes e instituciones. Sin embargo, el problema aparece cuando en “nombre de la patria†se modifican las leyes e instituciones para dañar las libertades individuales, la propiedad privada y beneficiar a los mismos gobernantes. Alberdi señala esta mutación en el concepto y marca sus límites:
“La omnipotencia de la Patria o del Estado es la exclusión y negación de la libertad individual (…) La libertad individual es el límite sagrado en que termina la autoridad de la Patriaâ€.
Las citas que pueden extraerse del discurso de Juan Bautista Alberdi son muchas. Por último, como la intención del autor era brindar un mensaje de libertad, destacó la importancia las iniciativas privadas para que un país prospere:
“La omnipotencia de la patria, convertida fatalmente en omnipotencia del Gobierno en que ella se personaliza, es no solamente la negación de la libertad sino tambiíén la negación del progreso social, porque ella suprime la iniciativa privada en la obra de ese progreso. El Estado absorbe toda la actividad de los individuos, cuando tiene absorbidos todos sus medios y trabajos de mejoramientoâ€.
En tiempos donde las democracias fallan en brindar gobiernos que generen progreso a sus países resulta una alarma o llamado de atención para repasar las bases del funcionamiento de las economías en donde los mercados funcionen libremente dentro y fuera de las fronteras, respetándose la propiedad privada y los contratos a travíés de la guía de los precios; brindándole a los empresarios las señales correctas para que íéstos puedan crear riqueza para el beneficio de todos los ciudadanos. El rol del gobierno debe ser acotado brindando seguridad y encargándose de que los contratos y la propiedad privada se respeten.