El euro vivió ayer una jornada de festejo alcista con una de esas subidas que son extrañas en el mercado de divisas. Fue necesaria la conjunción de varios factores para que el euro subiese más de un 2% en su cruce con el dólar. Un avance que sirvió para dejar a la divisa común a un paso de recuperar los 1,12 dólares por primera vez en dos semanas.
En el último lustro sólo había vivido una jornada mejor, la del 18 de marzo, cuando subió un 2,5% contra el dólar, lo que refleja la relevancia de la subida de ayer.
La recuperación de la inflación en la eurozona que publicó ayer Eurostat estuvo en la base de la recuperación del euro. El IPC avanzó en mayo un 0,3% frente al 0,2% estimado por el consenso de mercado, lo que invita a pensar que el Banco Central Europeo (BCE) podría alcanzar antes de lo previsto su objetivo de inflación. Hoy se reúnen los miembros de la entidad y revisan su cuadro de previsiones macroeconómicas. Con el dato de ayer sobre la mesa, los expertos creen que es probable que revise al alza sus estimaciones.
Pero los datos macroeconómicos no suelen provocar movimientos tan bruscos en el mercado. Cómo no, Grecia volvió a tener la clave ayer. Las últimas informaciones apuntan hacia un acuerdo próximo entre Atenas y Bruselas, lo que descargó ayer una buena parte de la presión que lleva semanas oprimiendo al euro. La filtración de un posible preacuerdo disparó al euro a superar los 1,11 dólares.
El último impulso positivo para la moneda única llegó a partir del mediodía, cuando Estados Unidos publicó una batería de indicadores macroeconómicos que enfrían las expectativas de crecimiento del país. Los pedidos de fábrica cayeron un 0,4 por ciento mensual en abril y el índice de optimismo económico que elabora IBD cayó en mayo hasta 48,1 puntos frente al 49,8 estimado.
Cifras que apuntan a una recuperación más lenta de lo que se esperaba para el segundo trimestre del año, despuíés de que el PIB estadounidense se contrajera un 0,7 por ciento trimestral anualizado entre enero y marzo. ¿Quíé significa esto? Que la Reserva Federal podría tener más dudas sobre la primera subida de tipos del país en nueve años. La semana que viene celebra su reunión de junio, pero con estas cifras sobre la mesa, parece muy complicado que la Fed empiece a restringir su política monetaria.
Javier G. Jorrín