Los mejores datos de la economía española y la confianza de los inversores en la evolución de la misma tienen tambiíén su reflejo en la compra de deuda pública, además de en la evolución de los tipos de interíés a los que se colocan las nuevas emisiones.
Según los últimos datos disponibles, los correspondientes al mes de abril, el volumen de letras, bonos y obligaciones del Estado en poder de los no residentes sobrepasó por primera vez la cifra ríécord de 400.000 millones de euros y alcanzó un peso, entre todos los tenedores de deuda, del 55,07%, el más alto de la serie histórica del Tesoro, que se remonta a 2001.
Los datos corresponden al mes en que el índice de Sentimiento Económico presentó en España el mayor avance entre las grandes economías europeas, 1,3 puntos, y alcanzaba su máximo de los últimos 14 años.
La inversión foránea en deuda del Estado ha estado subiendo su peso de forma ininterrumpida hasta el año 2011, cuando representó el 50,48% por 54,81% del ejercicio anterior. En 2012, cuando España bordeó el rescate y los bonos españoles a diez años ofrecían un interíés superior al 7 por ciento, la tenencia de bonos y letras por parte de los no residentes se desplomó hasta el 36,53%. En volumen de inversión, suponía pasar de 281.439 millones de euros a 224.662 millones en sólo 12 meses.
Despuíés de esta bajada a los infiernos de la economía española, la inversión extranjera en deuda pública se fue recuperando gradualmente. A finales del año pasado, el volumen se situaba ya en 362.495 millones de euros, lo que suponía que el 49,58 por ciento de las letras, bonos y obligaciones españolas en circulación estaba en manos de foráneos.
Con la llegada de 2015, y la mejora de las expectativas españolas, refrendadas por las previsiones de instituciones y organismos internacionales, la inversión foránea ha seguido su senda ascendente, tanto en porcentaje como en inversión, lo que indica que crece en mayor medida que lo hace el volumen de deuda pública española.
Así, en abril, los extranjeros ya tienen 405.516 millones de euros en deuda pública del Estado, rompiendo por primera vez la barrera de los 400.000 millones.
Desde finales del año pasado, son los no residentes el colectivo de inversores que crece con más fuerza, tanto en volumen como en peso relativo. Así, ha aumentado su inversión en algo más de 43.000 millones de euros, mientras en porcentaje ha incrementado su peso en más de cinco puntos.
Bancos, a la baja
Mientras, las entidades de críédito, que tenían 182.325 millones de euros invertidos a finales de 2014, poseen cuatro meses despuíés 21.718 millones de euros menos. Esto supone que en abril conservan en sus carteras el 21,81% de la deuda en circulación del Estado, mientras en diciembre pasado este porcentaje era del 24,94%.
Llamativo es el descenso registrado en empresas no financieras. Si a final de año atesoraban 17.183 millones de euros en deuda del Estado, a cierre de abril esta cantidad ha descendido a 10.575 millones, lo que hace que sobre el total controlen ahora el 1,44% de las emisiones, mientras cuatro meses antes el peso de su inversión alcanzaba el 2,35%.
Tanto empresas no financieras como personas físicas tienen una evolución inversa a la de los no residentes, ya que han ido reduciendo su peso con el paso de los años. Las empresas tenían el 12,53% de la deuda estatal en 2001, porcentaje que cayó al 5 por ciento en 2009. Mientras, la inversión de las personas físicas era del 5,6 por ciento en 2001, de algo más del 3 por ciento en 2008 y del 0,54 por ciento a finales del pasado año.
Su inversión, sin embargo, ha aumentado en lo que va de 2015, si bien es casi marginal. En diciembre, el volumen sumaba 4.146 millones de euros, mientras en abril asciende hasta 5.412 millones.
Si bien la evolución de los grupos de inversores es un indicio de la mejora de la confianza en España, donde se ve con más nitidez estas mejores perspectivas es en la evolución de los tipos, que ha supuesto que las nuevas emisiones de letras de tres hasta nueve meses tengan un tipo efectivo de interíés negativo. Esto lleva al tipo medio ponderado de las nuevas emisiones al 0,347 por ciento, mínimo histórico.
Esta rebaja en el tipo de interíés que debe ofrecer ahora el Tesoro Público para colocar sus emisiones arrastra a la baja el tipo medio de la deuda del Estado en circulación. Así, si en diciembre, este tipo de interíés se situaba en el 3,497 por ciento, a cierre de mayo bajaba a 3,324 por ciento, lo que supone tambiíén el rendimiento medio más bajo de la historia.
Lourdes Miyar