EFE
Vladislav Punchev y Snezana Stanojevic
Las autoridades de varios países balcánicos con fuertes vínculos financieros y comerciales con Grecia están hoy en alerta ante posibles contagios por la reciente escalada de la crisis griega y la posibilidad de su salida de la eurozona.
El banco estadounidense Morgan Stanley advirtió recientemente sobre posibles problemas para Bulgaria, Rumanía y Serbia, donde entidades financieras griegas se expandieron en los últimos años.
"Bancos griegos tienen una participación importante en Bulgaria, Rumanía y Serbia, con la tasa más alta de títulos de críédito extranjeros en Bulgaria", según un informe publicado en mayo por Morgan Stanley.
Sin embargo, los bancos centrales de Bulgaria y Rumanía coincidieron hoy en destacar que las entidades no son griegas, sino nacionales con participación helena.
Un 25 por ciento del sistema financiero búlgaro está en manos de cuatro bancos griegos: Alpha Bank, UBB, Pireaus Bank y Postbank.
"Las limitaciones impuestas por las autoridades griegas sobre los bancos no tendrán ningún impacto sobre el sistema bancario búlgaro", aseguró el banco emisor búlgaro.
Georgui Angelov, del Instituto Open Society, dijo hoy a Efe que los bancos participados por entidades griegas se han desprendido en los últimos años de toda inversión en bonos de Grecia.
"Los bancos en Grecia cerrarán, pero sus sucursales fuera de Grecia continuarán funcionando, como pasó durante las crisis bancarias de Chipre e Irlanda", afirmó el analista.
Sin embargo, otros expertos temen que el pánico sí tenga efectos negativos en la región.
En su informe, Morgan Stanley indica que, en ese caso, podría haber "un impacto negativo significativo sobre los díéficit fiscales de los gobiernos y su deuda pública".
Las relaciones económicas entre Bulgaria y Grecia son estrechas, no sólo en el sector financiero, sino tambiíén en infraestructuras, industria y comercio bilateral.
Un 7 % de las exportaciones búlgaras va a Grecia, con un comercio bilateral valorado en unos 3.000 millones de euros anuales.
Por ahora, no hay noticias en Bulgaria sobre repatriación de fondos de empresas o bancos griegos a sus casas matrices.
El efecto negativo de una posible salida griega del euro llegaría a Bulgaria a travíés de los 300.000 búlgaros que trabajan allí y que mandarían menos dinero a casa si cobraran en una moneda más díébil.
En la vecina Rumanía, menos expuesta a Grecia, las autoridades temen efectos colaterales como una devaluación de la moneda, el leu.
En todo caso, el Banco Nacional lanzó hoy un mensaje de tranquilidad, al asegurar que las cuatro entidades con capital griego -Alpha Bank, Bancpost, Banca Romaneasca y Piraeus Bank- están preparadas para afrontar cualquier situación adversa.
"De hecho, se trata de bancos rumanos con capital griego, bien capitalizados y con activos valiosos, lo que les hace bastante resistentes", recalcó un portavoz del banco emisor.
En Rumanía, un 13 % del sistema financiero está en manos de esos cuatro bancos, con una exposición de unos 12.000 millones de euros en otoño de 2014, 2.500 millones menos que en 2011.
En Bucarest consideran que una salida del euro de Grecia tendría un efecto negativo sobre la entrada rumana en la eurozona.
Rumanía, que ha aplazado varias veces la adopción del euro, espera acceder a la moneda única en 2019 o 2020.
En Serbia, otro vecino de Grecia, pero fuera de la Unión Europea, el banco central aseguró hoy que el funcionamiento de cuatro entidades griegas en el país -Piraeus, Alpha, Eurobank EFG und National Bank of Greece- no está en peligro.
Según el banco emisor serbio, no se han registrado hasta ahora envíos de capital desde Serbia a las casas matrices, aunque esas instituciones han sido colocadas bajo estrecha observación y se limitarán sus transacciones con las centrales en Grecia.
El Banco de Serbia ha insistido en que esas entidades tienen reservas de liquidez que pueden utilizar incluso si las malas noticias causan "efectos negativos y seísmos psicológicos".
"La crisis podría influir de varias maneras en los bancos griegos en Serbia. Una es que se produzca una retirada masiva de los depósitos de particulares de esos bancos, con lo que entrarían en una crisis", explicó a Efe Milojko Arsic, profesor de la Facultad de Economía en Belgrado.
"En tal caso, el banco central serbio podría intervenir y ayudar a los bancos para que preserven la liquidez", indicó.
En su opinión, "la situación se volverá más complicada si aumenta la crisis en Grecia y se produce una eventual bancarrota de los bancos cuyas filiales trabajan en Serbia y en otros países de la región".
Entre 2005 y 2011, Grecia fue el tercer inversor en Serbia, con un total de 1.300 millones de euros, que generaron 25.000 empleos.
Desde 2011, la inversión ha caído por la mala situación económica griega y en el primer semestre de 2013 sumaron sólo 19,8 millones.
El intercambio comercial de los dos países en 2014 fue de 427,12 millones de euros.