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BUENOS AIRES.- El Gobierno de Cristina Kirchner podría anunciar en los proximos días la expropiación de Aerolíneas Argentinas y Austral. El diario argentino 'La Nación' asegura que el Gobierno se plantea esta medida tras el fracaso de las negociaciones con los dueños españoles de las compañías, iniciativa que coincidiría con la nacionalización sistema privado de jubilaciones.
Esta ola intervencionista del Gobierno de Kirchner provocó fuertes desplomes en la Bolsa española ante la incertidumbre creada entre los inversores extranjeros en el país sudamericano.
No obstante, un portavoz de la Secretaría de Transporte declinó comentar la información publicada por 'La Nación'. "El acuerdo con (el grupo español) Marsans se agotó con el paso del tiempo", dijo al diario un funcionario público bajo condición de permanecer en el anonimato. Además, según el periódico, esta medida fue confirmada por fuentes gubernamentales, gremiales y empresariales.
El director de Comunicación de Aerolíneas Argentinas, Jorge Molina, asegura que la compañía no ha recibido hasta el momento un anuncio oficial al respecto, aunque el Gobierno en "reuniones informales" ya adelantó la posibilidad de que se expropie. "El Gobierno dice: si no les gusta, se tienen que aguantar", recalcó Molina. Molina explicó que mientras el Gobierno no está de acuerdo con la evaluación del banco Credit Suisse, de entre 250 y 450 millones de dólares, Aerolíneas no lo está con la del Tribunal de Tasación, que estimó una deuda de 600 millones de dólares, y el Ejecutivo está tratando de evitar el debate sobre el coste de la compra de la compañía en las Cámaras.
El Gobierno argentino anunció en julio que había llegado a un acuerdo con Marsans para comprarle las deficitarias Aerolíneas Argentinas y Austral porque consideraba que su esquema de negocios privilegiaba las rutas más rentables en vez de conectar algunos puntos remotos del país.
Aerolíneas, con 9.000 empleados, arrastra una deuda de unos 890 millones de dólares. Por ello, el Gobierno ha aportado en los últimos meses millones de dólares para que ambas aerolíneas puedan operar.
Sin embargo, tras varios meses de conversaciones, no hubo ningún pacto sobre el precio que Argentina debía pagar por las compañías, que concentran el 80% del mercado de vuelos domíésticos.
En una entrevista, uno de los accionistas de referencia de Marsans, Gerardo Díaz Ferrán, se mostró muy preocupado por la posibilidad de la expropiación. "Estamos allí, nos están echando a gorrazos y veremos a ver si aquello acaba de la mejor manera posible, que es mi deseo", dijo Díaz Ferrán.
Hasta la firma del acuerdo de venta, la empresa enfrentaba a diario problemas de demoras y cancelaciones por protestas de sus trabajadores. Marsans denunció que los sindicatos bloqueaban la operación de la firma para forzar su salida.