Por... Osvaldo Rodriguez Martinez
La huelga de 800 trabajadores de Cervecería Nacional de Panamá continuará hasta que cese el chantaje de la patronal para irrespetar las leyes laborales del país y firmar el convenio colectivo, afirmó el sindicalista Alejandro John.
La transnacional colombo-sudafricana South African Breweries-Miller (SabMiller), propietaria de la entidad, se niega a aceptar las condiciones de los trabajadores que reclaman respeto por el salario mínimo decretado por el Gobierno Nacional y que los pagos y condiciones laborales se equiparen al mercado local.
Una primera excusa fue la participación de dos gremios en el mismo convenio, y nosotros decidimos retirarnos como firmantes para viabilizar la negociación, dijo a Prensa Latina Alejandro John, líder del Sindicato Industrial de Trabajadores de la Fabricación y Comercialización de Refrescos, Bebidas, Gaseosas, Cervezas, Licores y Similares.
Ante el avance voraz del capitalismo, los sindicatos no pueden seguir dispersos y hay que unirse para luchar contra las transnacionales, tenemos que hacernos más fuertes si queremos lograr reales beneficios en los convenios colectivos, expuso John.
Pero aún despuíés de la flexibilidad del gremio, la patronal se niega a firmar el convenio, porque quiere imponer sus condiciones que son inaceptables y violatorias de lo establecido en el país en material laboral, aseguró.
Estas empresas trasladan para el exterior todo el capital y los obreros llevan para su casa únicamente el sacrificio y el cansancio despuíés de haber creado riquezas para otros, denunció el sindicalista.
"El gobierno verdaderamente ha demostrado que es impotente ante las transnacionales, y no pueden salir a expresar que simplemente es mediador y que las partes tienen que ponerse de acuerdo, sino que debe obligar a las partes a ceñirse a lo que dice la Ley", aseveró.
El ministro de Trabajo y Desarrollo Laboral, Luis Ernesto Carles, opinó que ambas partes son intransigentes, -dijo el sindicalista- pero no puede ser intransigente quien no ha violado las leyes, sino aquellos que no se ajustan a la legislación laboral; "y en este caso SABMiller es la intransigente", enfatizó.
Los sindicatos en Panamá solo hemos sido contestatarios e incapaces de enfrentar el modelo económico para hacerlo retroceder con la movilización de las masas, y ganar espacio donde se garanticen mejores condiciones para los trabajadores, opinó el gremialista.
En momentos en que el Gobierno inicia el análisis para la revisión del salario mínimo, y la empresa privada se pronuncia porque sea tomada en cuenta la productividad para la remuneración, John reconoce que ese sector se apoderó del discurso marxista, y que realmente el obrero debe ganar de acuerdo a su aporte.
"Pero es que producen más y le pagan menos; pero si las empresas están dispuestas a abrir su estado de resultados de operaciones para ver los números de ganancias y lo que netamente produce un trabajador por año, entonces sería bueno discutir sobre productividad", propuso el sindicalista.