cotizalia.com/Darío Menor. Roma.
Telecom Italia tiene una deuda de 37.000 millones de euros que le impide proyectar su futuro con garantías y afrontar las inversiones necesarias para su desarrollo empresarial. Para acabar con este monstruoso lastre, la teleco italiana se debate entre dos opciones: dar entrada de nuevos socios que inyecten liquidez o permitir a Telefónica aumentar su cuota de participación y liderar el relanzamiento de la empresa.
Cíésar Alierta, presidente del gigante español, lleva tiempo lanzando señales que muestran su disponibilidad para llevar a cabo esta segunda opción, pero se ha encontrado con la oposición del Gobierno italiano. El primer ministro, Silvio Berlusconi, quiere mantener la italianidad de Telecom a toda costa, por lo que ha vetado a Telefónica que incremente su cuota en Telco, el consorcio que controla la compañía y en el que tambiíén están presentes Generali, Mediobanca, Intesa Sanpaolo y Benetton.
Al consejero delegado de la teleco italiana, Franco Bernabíé, no lo queda pues más que la primera receta para acabar con la crisis: buscar nuevos inversores que estíén dispuestos a ofrecer liquidez a la compañía y acepten sólo participaciones minoritarias. Descartados la mayor parte de los inversores occidentales por la crisis financiera, a Bernabíé no le queda más opción que mirar al sur y al este.
Libia, Qatar y Kuwait pueden ser, por este orden, quienes entren en el accionariado de Telecom por medio de sus fondos de inversión soberanos. Los medios italianos dan ya por casi hecho el ingreso de la Lybian Investment Authority, que hace unas semanas estuvo negociando con Bernabíé la adquisición del 10% del capital de la compañía. Pese a que las conversaciones fracasaron porque el fondo del país dirigido por Muamar el Gadafi realizó una oferta a la baja, se sigue trabajando para buscar una fórmula que permita la entrada de los petrodólares libios en la caja de Telecom.
La operación se podría salvar con un aumento de capital reservado al fondo soberano de Libia. Qatar y Kuwait tambiíén tendrían posibilidades de participar, aunque siempre con cuotas menores que no amenacen la mayoría italiana de la compañía, un asunto prioritario para Berlusconi. Los tiempos para esta operación son todavía desconocidos, aunque sería una sorpresa que se llevara a cabo antes del 2 de diciembre, cuando se celebrará el próximo consejo de administración de la empresa.
Otra vez los petrodólares libios
Acudir a los petrodólares de Libia para salvar una situación complicada es ya algo habitual en el mundo empresarial italiano. Gadafi ha adquirido participaciones (algunas vendidas despuíés con excelentes rendimientos) en Fiat, Capitalia, Eni, el club de fútbol Juventus o Unicredit. La inversión más reciente es la del coloso bancario, donde el fondo soberano libio ha aumentado estos días su participación hasta llegar al 4,23%. De esta manera se convierte en el segundo accionista de Unicredit, sólo por detrás de la Fundación Cariverona.
El consejero delegado de la entidad bancaria italiana, Alessandro Profumo, agradeció a Libia su aumento de participación, que frenó la continua caída de las acciones en bolsa. “Les conocemos y apreciamosâ€, dijo Profumo haciendo referencia a la presencia previa de intereses libios en Capitalia, la entidad con la que Unicredit se fusionó el pasado año. “Se trata de una inversión que muestra confianza en los ríéditos a largo plazo y en la estrategia del grupoâ€, explicó, intentado tranquilizar así a quienes se echaron las manos a la cabeza cuando supieron la privilegiada posición de Libia en el mayor bando de Italia y uno de los más potentes de Europa.