El Estado captará más de 7.000 millones para cubrirse, según los expertos, del posible impacto de las elecciones y la subida de tipos en EEUU.
El Tesoro Público ha decidido retomar la subasta de bonos de mediados de agosto por primera vez desde 2002. Normalmente, el organismo siempre contempla esta emisión en la estrategia de financiación que presenta a comienzos de cada año, pero no la suele celebrar porque la demanda se reduce sobremanera como consecuencia del periodo estival.
El Tesoro mantuvo una conferencia telefónica con sus creadores de mercado (los bancos con los que trabaja) en la que les confirmó que este año había decidido llevar a cabo la segunda subasta de bonos de agosto, "pero no dio ninguna explicación más", según fuentes financieras. Desde el Ministerio de Economía y Competitividad indican que "estaba prevista en la estrategia y, como hay apetito, se ha decidido hacer". "Todo se encuentra dentro de la normalidad", añaden.
Hito en el organismo
Sin embargo, se trata de un acontecimiento inusual. No sólo porque no se ha hecho desde hace 13 años, sino porque, además, se va a captar el mayor volumen de la historia en un mes de agosto, según datos del organismo. En total, en la subasta del próximo jueves realizará una emisión en la que pretende captar entre 1.500 millones y 2.500 millones con bonos que vencen en 2018, 2024 y 2025, según informó ayer el Tesoro. El pasado 6 de agosto emitió bonos a 3, 5 y 10 años por importe de 4.902 millones.Si se tiene en cuenta el rango objetivo que se ha puesto para este jueves, captará este agosto un total de entre 6.402 millones y 7.402 millones, un importe histórico (ver gráfico). "Todo el mundo en el mercado sabe que el Tesoro quiere cubrir cuanto antes sus necesidades de financiación para evitar los efectos que pueda tener la previsible subida de tipos en Estados Unidos en septiembre así como el riesgo político en España, no sólo por las elecciones catalanas, sino tambiíén por las generales", señala Javier Ferrer, responsable de tipos de interíés de Ahorro Corporación.
En total, el Tesoro ha captado 100.100 millones de euros con bonos a medio y largo plazo, sin contar la subasta de este jueves, lo que supone el 70,5% de las necesidades previstas para el año. "Tras la emisión del jueves, casi tienes hecho el año con lo que va a comprar el BCE hasta finales de ejercicio", indica Ferrer.
El mercado da por hecho que Estados Unidos subirá los tipos en septiembre por primera vez desde 2006, lo que podría empujar al alza las rentabilidades de la deuda. Sólo los efectos de la ralentización de la economía china y de la devaluación de su moneda la semana pasada podría hacer cambiar de opinión a la Fed. "Las condiciones del mercado han mejorado y hay una probabilidad significativa de que la Fed suba los tipos en septiembre con la potencial inestabilidad que ello conlleva. Me parecen argumentos suficientes para que el Tesoro acelere las emisiones en agosto", apunta JosíéLuis Martínez, estratega en España de Citi.
Las condiciones de mercado han mejorado gracias al programa de compra de deuda iniciado por el BCE en marzo. La rentabilidad del bono a diez años llegó a tocar un mínimo histórico el pasado 12 de marzo, en el 1,145%. Sin embargo, se sitúa otra vez cerca del 2%. Por otro lado, ha vuelto a elevar el diferencial de rentabilidad de la deuda italiana frente a la española en favor de la primera, a 18 puntos básicos, máximos desde agosto de 2013, lo que demuestra que las elecciones están teniendo efecto. "Al emitir más papel en agosto, se podría elevar más este diferencial frente a Italia", añade Ferrer.
La rentabilidad del bono español a diez años se encuentra en el 1,94% frente al 1,76% del italiano al mismo plazo.
No obstante, la amenaza soberanista de Artur Mas se está cebando con el bono catalán. El interíés de los títulos que vencen en 2020 se ha disparado casi 100 puntos básicos desde el 20 de julio, hasta el 3,224% (ver EXPANSIí“N del pasado lunes).
Hoy, a su vez, el Tesoro emitirá letras a seis y doce meses por importe de hasta 5.500 millones.
Daniel Badía
