Scottish Power, filial en Reino Unido de la compañía elíéctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán, ha anunciado el cierre de la central termoelíéctrica alimentada con carbón de Longannet. Cuando empezó a funcionar, en 1970, era la planta más grande de Europa; hoy, sus 2.400 MW la dejan en una honrosa tercera posición, tras la polaca de Belchatow (5.354 MW) y la de Drax (4.000 MW), tambiíén en Reino Unido, si bien íésta quema biomasa además de carbón.
Ubicada en la localidad de Fife, Longannet cierra porque es económicamente inviable. Fuentes de Iberdrola indican que "Scottish Power ha explorado todas las opciones posibles para mantener la planta en funcionamiento", y en sus plantes estaba que operase hasta el final de la díécada, pero no ha podido ser. Se apagará el próximo 31 de marzo de 2016.
Sobre la central ha pesado como una lápida la tasa a las emisiones de carbono del país, que el Gobierno lanzó en 2011 como parte del programa para avanzar hacia un modelo energíético limpio y con la que pensaba recaudar unos 1.400 millones de euros al año.
Tasa al carbono
La tasa al carbono -denominada Carbon Price Floor- se aplica sobre las centrales de producción de electricidad con combustibles fósiles y actualmente asciende a 18 libras por tonelada de CO2. Como resultado, si en el continente una planta de carbón paga 8,2 euros por tonelada de dióxido de carbono, en las islas deben desembolsar 32,6 euros por tonelada.
Otras centrales de carbón han acusado la tasa, como la de Ferrybridge, en West Yorkshire, que tambiíén anunció su clausura el pasado mes de mayo, siete años antes de lo previsto.
En el caso de Longannet, al impacto de la tasa al carbono hay que añadirle el coste de los peajes de acceso a las redes elíéctricas, muy elevado.
El Gobierno escocíés lleva tiempo quejándose de que el diseño del sistema de peajes perjudica a su territorio. Tras conocer la noticia del cierre de la Longannet, Fergus Ewing, ministro de Energía de Escocia, ha evaluado el impacto extra de los peajes para la central en 40 millones de libras al año, esto es, unos 56,5 millones de euros.
Pero la central recibió la puntilla a inicios de año, cuando el Operador del Sistema elíéctrico británico, National Grid, decidió no otorgarle un contrato de servicios de estabilización de las redes elíéctricas. Poco despuíés, en marzo, Scottish Power anunció que no se reunían las condiciones para que siguiera produciendo electricidad, aunque entonces no se atrevió a fijar la fecha de cierre.
Afecta a 236 trabajadores
El cierre de Longannet deja sin trabajo a 236 trabajadores de forma directa. Tanto la empresa como las autoridades locales tienen proyectos en marcha para ayudarles; la primera baraja reasignarlos a otras áreas de negocio u ofrecerles paquetes de jubilación; el Gobierno, por su parte, ha anunciado un plan especial para mitigar el efecto del cierre en las empresas auxiliares y en el resto del tejido económico indirecto.
Tomás Díaz