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Autor Tema: Wall Street interpreta que la subida de tipos en EEUU se retrasará meses  (Leído 117 veces)

Eguzki

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Las actas de la reunión de finales de julio del Comitíé de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por sus siglas en inglíés) centraron este miíércoles toda la atención de los inversores. La esperada falta de concreción de la Reserva Federal (Fed) sobre la fecha en la que llevará a cabo la primera subida de los tipos de interíés en nueve años provocó una corrección en las bolsas europeas, que cayeron de media un 1,7% hasta soporte crí­ticos, anticipando que el alza del precio del dinero no llegará hasta diciembre.


En caso del Ibex, el desplome llevó al selectivo a cerrar en los 10.782 puntos, lo que le sitúa en la zona a vigilar de los 10.700/10.800 puntos, que si perdiera podrí­a llevarle a borrar las ganancias del año.

Tras los últimos acontecimientos de Pekí­n, los inversores dudaban este miíércoles si el organismo mantendrí­a la subida de tipos en septiembre. Pese al tibio mensaje de la Fed, Wall Street interpretó que la subida del precio del dinero en EEUU se retrasará durante meses. Tras la publicación de las actas, el dólar se debilitó en su cruce contra el euro, que pasó de cambiarse a 1,10 a hacerlo a 1,11 dólares.

La esperanza de que el alza del precio del dinero no llegue hasta final de año tambiíén se dejó notar en la renta fija. La rentabilidad del bono americano a 10 años bajó este miíércoles desde el 2,19 hasta el 2,12% (una caí­da del rendimiento supone una subida del precio). Y el Dow Jones, que llegó a caer un 1,3% en la sesión, borró prácticamente las píérdidas tras la publicación de las actas.

Falta de concreción

La presidenta de la Fed, Janet Yellen, y el resto de miembros del FOMC siguen expectantes y sin decidir si su próximo encuentro del 16 y 17 de septiembre será el indicado para iniciar la primera subida de tipos desde 2006. "La mayor parte de los miembros considera que las condiciones para una polí­tica monetaria más firme todaví­a no se han logrado, pero dejaron claro que las condiciones se acercan a ese punto", se pudo leer este miíércoles en las actas de la última reunión del Comitíé, celebrada el pasado 28 y 29 de julio. Un mensaje vago que llegó empañado por la volatilidad de China.

Mientras que la reciente caí­da del mercado de valores chino parece haber tenido consecuencias limitadas hasta la fecha para las perspectivas de crecimiento en China, varios funcionarios de la Fed señalaron que una desaceleración importante en la actividad económica china podrí­a plantear riesgos para las perspectivas económicas de EEUU. Al mismo tiempo, varios de los participantes dejaron claro que el riesgo de una posible divergencia en las tasas de interíés de EEUU y el resto del mundo "podrí­a provocar una mayor apreciación del dólar, extendiendo la presión a la baja sobre los precios de las materias primas y la debilidad de las exportaciones netas".

Las preocupaciones sembraron ciertas dudas entre los funcionarios, especialmente en lo que se refiere a la inflación. De hecho, algunos de los partí­cipes aclararon que los datos acumulados hasta la fecha no proporcionaban motivos suficientes para garantizar que la inflación alcanzarí­a el objetivo del 2% a medio plazo y que las perspectivas sobre los precios podrí­an no cumplir relativamente pronto una de las condiciones establecidas por el Fed para apretar las tuercas a su polí­tica monetaria.

La publicación de las actas estuvo precedida por los datos de inflación de julio, cuando los precios al consumo en EEUU registraron su peor avance en tres meses. Con un avance del 0,1%, frente al repunte del 0,3% registrado en junio, la tarea pendiente de los miembros del Comitíé sigue siendo hacer repuntar los precios.

"El crecimiento mediocre de la economí­a mundial, un dólar fuerte y la debilidad en los precios de las materias primas no son elementos que ejerzan presión sobre la inflación o malestar entre los consumidores, sobre todo con los precios del petróleo a la baja", explica Chris Christopher, director de economí­a de consumo de IHS Global Insight.

En este sentido, tambiíén cabe destacar cómo la inflación subyacente, que deja de lado la volatilidad dentro de los precios de la energí­a y los alimentos, sólo avanzó un 0,1% el pasado mes, acumulando un alza del 1,8% desde julio del año pasado. Esta cifra se posiciona muy por debajo del 2,6% registrado entre febrero y abril, lo que indica que el tí­mido repunte parece haberse disipado. "El pronóstico para los próximos seis meses sigue mostrando una mayor presión a la baja, dada la fortaleza del dólar y una caí­da el coste de las materias primas industriales", apuntó Christopher.

Lo que determinará el alza

Los funcionarios de la Fed cuentan con dos objetivos clave: lograr el máximo empleo y situar la inflación en el 2%. Estos datos tambiíén determinan la frecuencia y el ritmo que marcará en el encarecimiento del dinero a este lado del Atlántico. Yellen y sus chicos prefieren observar la inflación relacionándola con el gasto del consumidor, una míétrica que en junio subió un 0,3% con respecto al mismo periodo del año pasado, situándose por debajo del objetivo de la Fed durante más de 3 años.

Precisamente, un estudio elaborado por la Reserva Federal de St. Louis indica que no existen señales que verifiquen que las tres rondas de compras de bonos y activos del banco central desde la crisis de 2008 hayan impulsado la actividad económica. De hecho, el vicepresidente de la Fed regional de St. Louis, Stephen D. Williamson, desmantela en su estudio la polí­tica monetaria de emergencia orquestada por el ex presidente de la Fed, Ben Bernanke, y heredada por Yellen.

Desde su punto de vista, haber mantenido los tipos de interíés excepcionalmente bajos, entre el 0 y el 0,25% por más de seis años con la intención de hacer repuntar la inflación, "ha tenido el efecto contrario", señala Williamson. Al mismo tiempo, el funcionario considera que el "forward guidance", más conocido como la polí­tica de comunicación de la Fed, no ha hecho más que confundir aún más a los inversores, a travíés de mensajes vagos y promesas rotas. Por último, la compra de activos, que ha engordado el balance de la Fed por encima de los 4,5 billones de dólares, ha tenido una influencia muy limitada en la recuperación experimentada por la mayor economí­a del mundo durante los últimos años.

Jose Luis de Haro (Nueva York) / Arantxa Rubio