CaixaBank ha dejado de ser el primer accionista del Bank of East Asia (BEA), una entidad financiera de Hong Kong y su puerta de entrada al mercado chino desde que empezó a comprar paquetes de títulos en 2004. El 18,77% del capital que controlaba el banco catalán se ha diluido hasta el 17,17% despuíés de una colocación privada de acciones a favor de la entidad financiera japonesa Sumitomo Mitsui, que inyectó en marzo pasado 755 millones de euros y elevó su participación del 9,74% hasta el 17,43%.
Según las cuentas del primer semestre de CaixaBank, su participación en la entidad asiática tiene un valor de mercado de 1.754 millones de euros. No obstante, tras la caída experimentada por el precio de las acciones en las últimas cuatro semanas de crisis bursátil en China, el valor de sus 448,8 millones de títulos ascendería a 1.390 millones de euros. Más allá del valor y de su participación en el capital, CaixaBank siempre ha sostenido que su posición en el capital de la entidad asiática no cambia su pacto estratíégico con la familia Li, que controla el banco pese a poseer menos del 10% de las acciones del BEA.
Venta a Sumitomo
La venta privada del paquete de acciones a la firma japonesa Sumitomo es interpretado por los mercados como una operación de defensa ante posibles movimientos hostiles para hacerse con el mayor banco independiente de Hong Kong. El control del consejo de administración sigue en manos de la familia fundadora de Bank of East Asia, mientras que accionistas más relevantes en lo que respecta a volumen de acciones como CaixaBank y Guoco —este último tiene un peso en el capital del 13% y no va de la mano de los Li— tienen solo un sillón en el máximo órgano de gobierno.
Ese control fíérreo que mantiene la familia Li para hacer colocaciones privadas de acciones ha llegado incluso a los juzgados. El fondo de inversión Elliot Advisors, que tenía un 2,5% del capital del banco, denunció que el último acuerdo tomado entre BEA y Sumitomo se había efectuado sin tener en cuenta otras opciones de capitalización que no habrían diluido las participaciones del resto de socios, por lo que demandó poder tener acceso a la documentación con la que se había avalado la documentación.
Dani Cordero