Poco dura la alegría en este final del verano, que sin duda se está haciendo demasiado largo a ojos de los bolsistas. Siguen los mercados atrapados en las dudas, y los repuntes son efímeros. Si ayer el BCE daba alas al mercado, ya se han encargado los parquíés de Asia de enfriar los ánimos. Alrededor del 2% retrocede el Nikkei, en mínimo de siete meses, castigado tambiíén por la fortaleza del yen, una señal más de los elevados nervios del mercado.
En Europa los futuros cotizan a la baja, como tambiíén lo hacen los de Estados Unidos, que ayer cerró en positivo pero lejos de la euforia europea. Otro de los indicadores de riesgo, el precio del petróleo, cotiza en esta misma línea de cautela: baja medio dólar hasta los 50,1. Eso, a pesar de que China, donde se supone están los problemas, sigue enfrascada en los fastos conmemorativos de la Segunda Guerra Mundial.
La cita del día llega a las 14.30 horas. Estados Unidos publica su dato de empleo, principal indicador económico antes de la reunión de la Fed que empieza el día 16 y en el que Yellen podría iniciar las subidas de tipos. Un buen dato aumenta las probabilidades de que la Fed suba los tipos de interíés por primera vez en casi 10 años. El empleo es, de hecho, el indicador al que Yellen condicionó el final de la etapa de tipos cero, iniciada tras el crac de Lehman.
En el mercado de divisas, el euro sigue bajo respectgo al dólar, en 1,1126 unidades, despuíés de que Mario Draghi diese a entender que tomará más medidas si la crisis china empieza a suponer un riesgo más tangible sobre la economía europea. Algo que los inversores parecen creer, a la vista de la caída de la moneda europea.
TYRONE SIU (REUTERS)