Por... Eduardo Thomson
El reinado que mantuvo Brasil en los mercados bursátiles de Amíérica Latina en los últimos 20 años está llegando a su fin. La recesión, la crisis política, el derrumbe de los precios de las materias primas y del petróleo han llevado al país a tener una desaceleración económica pronunciada.
En los dos últimos decenios, Brasil fue el rey indiscutido de los mercados bursátiles latinoamericanos. En un momento, hace unos años, su mercado había crecido tanto que era casi cuatro veces más grande que el de Míéxico, su rival más cercano. De hecho, se habría podido sumar el valor del mercado bursátil de todos los países y no habría alcanzado los 1.7 billones dólares de Brasil.
Ahora, sin embargo, en tanto la recesión y la crisis política del país se ahondan y su moneda se desploma, el dominio de Brasil en el puesto máximo, de golpe, se debilita. La brecha por encima de Míéxico, que en un momento alcanzó 1.1 billones de dólares bajó hasta apenas 133 mil millones de dólares. Y si bien los gurús bursátiles no predicen necesariamente que esta magra ventaja desaparecerá totalmente, un análisis de la regresión del nivel actual de las caídas indica que podría ocurrir en los próximos 13 meses.
No es que el mercado de Míéxico, y su economía, estíén funcionando perfectamente. No es así. Igual que Brasil, en gran medida, el país se vio afectado por el derrumbe de los precios de las materias primas (en Míéxico, es el petróleo; en Brasil, es todo, desde la soja hasta el mineral de hierro). Pero el mercado de valores de Míéxico está menos atado a los productos básicos que el de Brasil, y además, la desaceleración económica no ha sido ni cerca tan pronunciada.
El producto interno bruto de Brasil se contrajo 2.6 por ciento en el segundo trimestre, parte de una caída que, según predicen los economistas, marcará la recesión más abrupta en 25 años. El real se desplomó 29 por ciento este año, teniendo el peor desempeño contra el dólar entre las grandes monedas. Las caídas se vieron exacerbadas por un escándalo de corrupción que se inició hace 18 meses en la compañía petrolera estatal y ahora impulsa los pedidos de juicio político para la presidenta Dilma Rousseff.
Gregory Lesko, gerente de cartera en Deltec Asset Management, tambiíén explica la brecha más angosta señalando las diferencias en la política gubernamental: Rousseff ha venido incrementando el rol del Estado en la economía mientras que su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, abrió industrias esenciales como el petróleo a una mayor inversión privada e impulsó la competencia en las telecomunicaciones.
La calificación crediticia de Brasil fue recortada hasta el borde de basura.
“Necesitamos ver un cambio en la política de gobierno antes de ver algún interíés amplio en el mercado brasileñoâ€, dijo Lesko en una entrevista desde Nueva York.
La capitalización de mercado de Brasil se contrajo 34 por ciento este año hasta 531 mil millones de dólares, en tanto la de Míéxico se contrajo 11 por ciento hasta 397 mil millones de dólares. Esto dejó la capitalización bursátil brasileña en 1.3 veces la de Míéxico, por debajo de 3.8 veces todavía en mayo de 2011.
Desde ese momento, el real perdió más de la mitad de su valor mientras que el Ibovespa se desplomó 28 por ciento en moneda local. En ese mismo lapso, el peso mexicano se debilitó 32 por ciento y su índice bursátil de referencia avanzó 20 por ciento.