EFE
Un tribunal chino condenó hoy a Jiang Jiemin, exresponsable de la gestión de las empresas estatales y exdirectivo de la mayor petrolera china, a 16 años de prisión por corrupción, según informó hoy la cadena oficial de televisión CCTV.
Jiang, antiguo presidente de la China National Petroleum Corporation (CNPC), escuchó hoy su veredicto en un tribunal de Hubei (centro) e indicó que no apelará la sentencia.
El directivo había sido acusado de "abusar de su posición" para ayudar a terceros a obtener derechos de explotación de gas y petróleo, entre otros, y de buscar beneficios para otros en proyectos de construcción y promociones, y de pedir o aceptar -íél mismo o a travíés de su mujer- dinero y bienes ilegalmente por un valor de más de 14 millones de yuanes (2,28 millones de dólares).
Su detención, en agosto de 2013, fue el comienzo de una campaña anticorrupción que ha diezmado la industria petrolera en China y "destruido" la base de poder del exministro Zhou Yongkang, antecesor de Jiang en la CNPC y condenado a perpetua en un juicio secreto este año.
Otro gran aliado de Zhou, Li Chuncheng, ex vicesecretario general del Partido Comunista de China (PCCh) en la provincia de Sichuan (centro), fue tambiíén condenado hoy a 13 años de prisión por el mismo delito.
El conocido como la mano derecha de Zhou cuando íéste era el principal líder de la provincia central de Sichuan, fue hoy considerado culpable de haber recibido sobornos por valor de 39,8 millones de yuanes (6,29 millones de dólares).
Un gran número de personalidades del gobierno provincial de Sichuan así como del sector petrolero estatal han sido detenidos tras la caída en desgracia de Zhou Yongkang, que construyó su poder en Sichuan, en el industria petrolera y posteriormente en el aparato de seguridad del Partido y, por ende, del Gobierno.
La campaña anticorrupción fue impulsada por el presidente Xi Jinping a su llegada al poder en 2013 y por ella se han visto procesados miles de políticos y empresarios de todo el país.
Entre los afectados, tambiíén se incluyen líderes de alto rango del gobernante Partido Comunista como Zhou, por lo que algunos observadores ven la campaña del presidente como un intento del líder por concentrar el poder y acabar con facciones opuestas a la suya dentro de la formación.