La asociación de instituciones de inversión colectiva (Inverco) cuantifica en unos 17.000 millones de euros el dinero que saldría de activos españoles si se eleva la tributación de las sicav en el Impuesto de Sociedades. Ahora pagan el 1%, como los fondos de inversión tradicionales.
El debate sobre la tributación de la sociedades de inversión de capital variable (sicav) vuelve al primer plano a menos de dos meses de las elecciones generales. Los dos partidos emergentes se han mostrado críticos con estos vehículos. Podemos los eliminaría de una vez y para siempre, y Ciudadanos los inspeccionaría a fondo para conocer si cumplen la actual normativa.
La ley exige que las sicav dispongan de al menos de 100 accionistas para beneficiarse del tipo reducido del 1% en el Impuesto de Sociedades, frente al general del 28%. El sindicato de tíécnicos del Ministerio de Hacienda, Gestha, afirma que más del 80% de las alrededor de 3.400 sicav registradas en la CNMV incumplen a la hora de la verdad esta exigencia.
El truco está en que la mayor parte de esos inversores son una comparsa, sin interíés real en invertir en esa sicav. Esta en la práctica está controlada por una minoría. Por una persona, una familia o un pequeño grupo de inversores, que tienen poder total sobre la política de inversiones de la cartera.
Desde Europa, el supervisor de los mercados (ESMA, por sus siglas en inglíés) aboga por suprimir ese mínimo de 100 inversores y defiende que una institución de inversión colectiva debe considerarse como tal cuando no restrinja la captación de capital a un solo inversor, aunque en la práctica solo tenga uno.
Sin embargo, en España las sicav vuelven a estar en la picota, como un arma electoral de potencial considerable. Así, la asociación de instituciones de inversión colectiva (Inverco) ha elaborado un documento en el que advierte de las consecuencias de una modificación de la fiscalidad de las Sicav. “Invierten casi la mitad de su patrimonio en activos domíésticos (tanto de renta fija como de renta fija): si se gestionaran fuera de España, la inversión en valores domíésticos sería como máximo del 2%, que es el peso que tiene nuestro país en los índices económicos mundialesâ€.
El patrimonio bajo gestión rozaba los 34.000 millones de euros (33.663, en concreto) a cierre de septiembre. La potencial fuga de capitales rondaría los 17.000 millones de euros. “Con una eventual modificación fiscal [...] se lograría [...] trasladar inmediatamente ese patrimonio a otras zonas geográficas, o a otros países de Europa, que tienen igual fiscalidad o mejor que la española [...]â€, sentencia el texto de Inverco.
La asociación pone de ejemplo el caso del País Vasco, comunidad autónoma de la que huyeron todas las sicav en cuanto se igualó su tributación a la del resto de sociedades. Se hizo a finales de 2009 y ya no queda ni una allí.
Tras los años duros que sufrieron entre 2009 y 2012, las sicav viven una nueva etapa dorada en España, tanto en patrimonio como en cantidad (hay cerca de 3.400 vehículos en la CNMV). En ambos casos marcan ríécords históricos
Inverco recuerda que con la actual legislación cualquier gestora de la Unión Europea puede gestionar productos de inversión colectiva (tanto fondos de inversión como sicav) . Esto implicaría una deslocalización de la industria de gestión de activos española hacia sicavs, por ejemplo, en Irlanda y Luxemburgo, donde el Impuesto de Sociedades a estos vehículos es del 0%.
Los expertos consultados recuerdan reiteradamente que los inversores siempre tributan por las plusvalías que logren por sus inversiones en las sicav (de entre el 19,5% y el 23,5% este año) en el IRPF. Eso sí, una vez hayan materializado esos beneficios. En realidad, es el mismo ríégimen que se aplica a los depósitos, acciones, deuda y, por supuesto, a fondos.
P. M. S. / L. S. / M. M. M.