Bloomberg
Se está gestando una guerra por la basura en los armarios de la gente, en tanto los inversores canalizan efectivo al negocio de la reventa de ropa online.
James Reinhart pasó meses tratando de encontrar a alguien, a cualquiera, que invirtiera en su idea: un canje de ropa online para mujeres y niños.
Alquiló un auto de Zipcar y emprendió camino hacia la Ruta 128 de Boston, un centro del capital riesgo, con su presentación empresarial en la mano. Despuíés voló a San Francisco para recorrer el laberinto de empresas de emprendimientos en Sand Hill.
Los capitalistas de riesgo lo rechazaron 27 veces, algunos riíéndose en su cara. En una reunión, uno de los socios de la firma le preguntó si la idea era hacer que las mujeres canjearan sus bragas. Reinhart, por entonces un joven de 30 años reciíén egresado de la Escuela de Negocios de Harvard, se encogió de hombros.
“Yo le dije: lo que quieras, flacoâ€, dijo Reinhart. “Y si tu mente está en eso, claramente no vamos a hacer negocioâ€.
Eso fue hace seis años. El mes pasado, el mercado de moda de segunda mano de Reinhart, ThredUp, recaudó una ronda de US$81 millones de financiamiento encabezada por Goldman Sachs, lo cual llevó su financiamiento total a más de US$131 millones.
ThredUp no es un caso atípico. Se está gestando una guerra por la basura en los armarios de la gente, en tanto los inversores canalizan efectivo al negocio de la reventa de ropa online, respaldando a más de una docena de empresas que tratan de capitalizar lo que ven como un punto díébil para Amazon e inclusive para eBay, líder en reventas.
Las firmas de capital riesgo volcaron cientos de millones de dólares en la reventa de moda en 2015; el financiamiento total en los últimos cinco años creció hasta superar el nivel de los US$ 400 millones. En enero, el local de consignas online Tradesy recaudó US$ 30 millones.
Para fines de abril, el revendedor de ropa antigua de lujo RealReal había recaudado US$ 40 millones y el sitio de comercio social Poshmark había cosechado US$ 25 millones. El negocio de reventa europeo Vestiaire Collective consiguió una ronda de US$ 37 millones en septiembre. Fue seguida por la gigantesca ronda de Goldman para ThredUp, quizá la más popular del grupo.
“Es una categoría del tipo en que el ganador se lleva todoâ€, dijo Reinhart. “Los capitalistas de riesgo saben que si eligen al ganador, íéste tendrá una ventaja sustentable a largo plazoâ€.
La lista continúa. Está Vinted, un canje de ropa con sede en Lituania. El mercado de consignas con servicio completo de Thredflip está pensado para los amantes de la moda con poco tiempo. Rebagg sólo se dedica a bolsos y carteras de diseñadores. Shop Hers apunta al lujo únicamente. Vaunte promociona los armarios de gente que está en la moda. Snobswap está asociado a tiendas del mundo real. REfashioner se esfuerza por trabajar con artículos exclusivos. Material Wrld cambia tarjetas de regalo por ropa no deseada.
Están atrayendo el interíés de los inversores porque cada empresa quiere llenar el vacío que han dejado los grandes representantes del comercio minorista online. Si bien Amazon está fuertemente atrincherado en casi todas las categorías de productos en el comercio electrónico, y eBay gobierna la reventa, muchos consideran que la moda, tanto nueva como usada, es su segmento más vulnerable. Amazon y eBay prosperan como máquinas expendedoras prácticamente sin límites, donde los clientes buscan cualquier cosa y de todo. La moda está construida en base a un meticuloso trabajo de curaduría.
“En el caso de la moda, para nosotros es fundamental mostrar a los consumidores todo el inventario que tenemosâ€, dijo Marcelle Parrish, gerente general de moda en eBay.
En definitiva, probablemente todo se reduzca a cómo lleva adelante su estrategia cada empresa ya que los combatientes no están intentando un modelo de negocios fundamentalmente nuevo, sino retocando míétodos probados como las tiendas de consignación y los mercados entre pares.
Y si bien algunos están más apartados por el precio, la mayoría vende en gran medida las mismas clases de marcas, ya sea de casas de moda lujosas como Alexander McQueen o etiquetas de onda pero más baratas como J.Crew. Por eso hasta el momento ninguno ha podido liberarse de la manada.