El Giro de Italia sigue con su idea de abrir nuevas fronteras en el mundo del ciclismo y la última de ellas podría estar más lejos que nunca. Si el próximo año la carrera italiana partirá desde la ciudad de Apeldoorn, en Holanda, la edición de 2017 podría hacerlo desde Asia, concretamente desde Japón.
Una idea muy revolucionaria que sin embargo entrañarías bastantes problemas de logística y la más que segura queja de muchos corredores. No hay nada confirmado pero según el portal belga Sport / Voetbalmagazine RCS Sport, empresa organizadora de la 'corsa rosa', habría firmado ya un preacuerdo con la ciudad de Shizuoka para empezar allí la edición de 2017, la de su centenario.
El coste total de este original arranque sería de 35 millones de euros
Según el rotativo belga, la idea sería disputar en tierras niponas un total de cuatro etapas siendo la última de ellas una jornada de montaña con subida al monte Fuji incluida, el más alto de Japón con 3.776 metros. Tras este arranque, el circo ciclista viajaría hasta Italia y los ciclistas dispondrían de dos días de descanso para recuperarse de las consecuencias de un viaje tan largo.
Una idea tan original como cara, porque el coste total de esta aventura sería de cerca de 35 millones de euros, 15 de los cuales serían a cargo de RCS para pagar los gastos de transporte de los equipos y tambiíén un extra para cada uno de ellos por los problemas que les pudiera causar tan largo desplazamiento.
Se espera que el acuerdo final se pueda firmar antes de que termine el año, según el mismo diario belga. De confirmarse, RCS, que ya se encarga de organizar los reciíén nacidos Dubai Tour y Abu Dhabi Tour, seguiría en su idea de expandir sus horizontes y buscar nuevos y rentables mercados. No obstante, la opinión de los ciclistas, que son al final los protagonistas en la carretera podría ser tambiíén decisiva ya que no todos ven con buenos ojos estos arranques de la ronda italiana. Arranques que cada vez son más habituales tras los de Seraing, en Bíélgica (2006), Herning, en Dinamarca (2012) y Belfast, Irlanda del Norte (2014).