El Confidencial hoy
@E. Segovia / C. Hernanz.- - 30/10/2008
Las grandes empresas españolas que forman parte del Ibex 35 están presionando a la CNMV para que actúe con más contundencia contra las posiciones cortas o bajistas en sus valores. Según confirman fuentes de varias compañías, su petición es la prohibición total de tomar estas posiciones durante un período de tiempo que podría llegar a seis meses. Hasta ahora, el supervisor español sólo ha tomado la medida más leve para el control de los cortos: obligar a retratarse a los inversores que tienen posiciones de este tipo, y sólo en el sector financiero. La petición de las cotizadas supondría ir un paso más allá y, además, afectaría a todos los sectores.
Este lobby de las cotizadas ha encargado a varios despachos de abogados la elaboración de documentos con pruebas del impacto de las posiciones bajistas en su cotización, que están remitiendo a la CNMV para argumentar su demanda. Asimismo, están utilizando el desplome de los precios de los bancos en las últimas semanas como prueba de que la obligación de comunicar estas posiciones es insuficiente para detener el movimiento y que es preciso actuar de forma más contundente. Igualmente, el hundimiento generalizado de todos los valores del Ibex demuestra, a su juicio, que se trata de un problema general y no sólo circunscrito al sector financiero.
Algunos presidente de bancos se han manifestado en este sentido en las últimas semanas, aunque han negado cualquier presión sobre la CNMV. Así, el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, declaró a El Confidencial que "no hemos pedido nada, pero sabemos que es un problema y la CNMV lo sabe". íngel Ron, presidente del Popular, se mostró más comedido en sus palabras: "No hay problema. La CNMV debe vigilarlos, nada más. Las posiciones de hedge funds en nuestro capital se mantienen estables desde hace tiempo".
Con esta propuesta, las empresas pretenden frenar una sangría bursátil que ha provocado píérdidas cercanas al 45% en el Ibex en 2008 (y eso tras la remontada de ayer) y que llegan a niveles dramáticos superiores al 70% en Sacyr Vallehermoso y Acciona, y de más del 60% en Gamesa, OHL, Renovables y Telecinco, si nos limitamos a los valores del índice. Estas caídas han hecho saltar por los aires las condiciones de los príéstamos con que muchos accionistas significativos han comprado sus participaciones en estas compañías, lo que les obliga a poner garantías adicionales o les pone al borde de la ejecución de posiciones por parte de los bancos.
Las posiciones bajistas, tambiíén llamadas cortas, se toman vendiendo acciones que antes de comprarlas, para lo cual se piden prestadas. Es decir, un inversor pide prestado a otro (normalmente un banco) títulos del Santander, por ejemplo, que tenga dicho banco en cartera. Coge las acciones y las vende, ingresando una cantidad, supongamos un millón de euros. Entonces espera a que el valor baje, digamos un 10%, y recompra esas acciones que ahora le costarán 900.000 euros en este ejemplo. Los 100.000 euros que le sobran de la venta inicial son la ganancia de la operación, aunque de ahí hay que descontar las comisiones y el tipo de interíés que hay que pagar al banco que presta las acciones.
Ofensiva mundial contra los cortos
El movimiento de control de los cortos comenzó een EEUU, Gran Bretaña y Suiza el 19 de septiembre, despuíés del primer movimiento bajista del actual crash bursátil, provocado por la quiebra de Lehman Brothers. Entonces, la SEC norteamericana -que ya había prohibido los naked shorts, es decir, los cortos que no cuentan previamente con los títulos para venderlos- prohibió totalmente las posiciones bajistas en 799 valores financieros hasta el 2 de octubre. Posteriormente, amplió el plazo hasta el día 17.
En Reino unido, la FSA, aparte de imitar esta medida para 32 valores financieros, añadió la prohibición de operar a la baja con futuros y otros derivados (como los warrants), que son la forma de ponerse bajista más habitual en los mercados donde el príéstamo de valores está subdesarrollado como España. Esta prohibición tambiíén era temporal pero con un plazo mucho más largo: hasta el 16 de enero del próximo año, plazo que fue confirmado el 23 de octubre. Y se completaba con la obligación de publicar diariamente las posiciones bajistas que superen el 0,25% del capital de las entidades afectadas por la norma.
El presidente de la CNMV, Julio Segura, dijo inicialmente que en España no era necesario controlar los cortos por su escasa influencia en el mercado español, pero el lunes siguiente, 22 de septiembre, cambió de opinión y adopto esta última medida para el sector financiero español. Inicialmente las comunicaciones de posiciones cortas fueron escasísimas, aunque en las últimas semanas han sido bastante más numerosas. En todo caso, siguen a mucha distancia de los volúmenes de valores en príéstamo que publica la Bolsa de Madrid, si bien estas cifras no sólo corresponden a posiciones bajistas y, además, su fiabilidad es muy escasa según varios brokers consultados.
La bolsa ha seguido cayendo
Más allá del caso español, las medidas contra los bajistas han supuesto un fracaso absoluto. Los primeros días de su aplicación, las bolsas rebotaron con fuerza, pero sólo para entrar en una espiral bajista posterior que culminó con el pánico del 9 y 10 de octubre, revivido la semana pasada. Lo cual demuestra, a juicio de los inversores que suelen ponerse cortos -en especial los hedge funds- que el problema no estaba en los cortos y que simplemente se trataba de buscar un chivo expiatorio. De hecho, el porcentaje del capital que estaba en príéstamo en la banca británica, por ejemplo, era mínimo. Además, las medidas han sido contraproducentes porque han dañado la reputación de los valores 'protegidos': así, en Reino Unido llaman a estos valores "especies en peligro de extinción".
Para ser justos, los hedge funds sí tienen buena parte de culpa en el derrumbe bursáti, pero no por sus posiciones cortas: los fortísimos reembolsos de los inversores y la cancelación masiva -o endurecimiento de las condiciones- de los príéstamos con los que estos fondos se apalancaban les han obligado a una venta masiva de posiciones en bolsa que va a continuar (algunas fuentes cifran las posiciones que tienen que deshacerse en más de un billón de dólares) y que eso va a provocar mayores caídas de las cotizaciones, o al menos va a impedir una recuperación.