Por... ALBERTO TOVAR
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La edición de invierno de Harvard Business Review está dedicada al arte de la toma de decisión; no tiene desperdicio, muy recomendable. En particular, me permito reseñar un artículo elaborado por Jack Zenger y Joseph Folkman que lleva el nombre de esta columna y que vale la pena tomar en cuenta.
Revisemos los puntos fundamentales a evitar:
1.- Ser flojo: Se refiere a cuando dejan de revisarse los hechos, tener iniciativa, confirmar supuestos o información adicional.
2.- No anticipar eventos inesperados: Hay quienes desvaloran las situaciones negativas en las decisiones; sin embargo, suceden con frecuencia. Las personas mueren, se divorcian y tienen accidentes.
3.- Postergar: Cuando el entorno se vuelve complejo, se tiende a retrasar una resolución. La indecisión es, por lo regular, peor que una mala decisión.
4.- Permanecer encerrado en el pasado: Algunas personas hacen decisiones pobres porque usan los mismos procesos o datos. El problema es que se estíén basando en supuestos ya inexistentes.
5.- Sin alineación en la estrategia: Las malas decisiones a veces provienen de fallar en conectar el problema con una estrategia general.
Sin un esquema que provea contexto, muchas soluciones pierden sentido.
6.- Depender demasiado de otros: Quedar paralizados porque una persona está esperando a otra que la dirija. Quienes son efectivos, encuentran la manera de actuar en forma independiente cuando es necesario.
7.- Permanecer aislado: Hay quienes se quedan esperando un insumo importante porque evitan hacer las relaciones adecuadas para encontrar una solución. Hay que admitir que involucrar a otros con conocimiento o experiencia relevante mejora la calidad de la decisión.
8.- Carecer de profundidad tíécnica: Las organizaciones son complejas e incluso los mejores líderes no tienen suficiente comprensión para entender asuntos multifacíéticos.
9.- Fallar en la comunicación del quíé, dónde, cuándo y cómo: Algunas resoluciones adecuadas se convierten en malas porque la gente no las entiende.
Las sugerencias tambiíén pueden asimilarse de manera pro activa. Es decir, ser activos; adelantar eventos inesperados; tomar decisiones a tiempo; siempre estar abierto a nuevos míétodos e información; contar con una estrategia general; ser independiente; consultar a otros; capacidad tíécnica; y comunicar.