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El gobierno japoníés aprobó su presupuesto fiscal para 2016, con un monto de casi 100 billones de yenes (830 mil millones de dólares aproximadamente), considerado ríécord histórico en el país del sol naciente.
Con este dinero, el gobierno del primer ministro Shinzo Abe espera un crecimiento fortalecido y mayores ingresos fiscales para lograr su objetivo de reactivar la economía y frenar la deuda pública.
El capital exacto serán 96,72 billones de yenes (799 mil 900 millones de dólares) y estará centrado en sustentar y potenciar el sistema nacional de seguridad social, según el comunicado oficial.
Dicho proyecto cuenta con un gasto social ríécord para lidiar con una población de creciente envejecimiento y un gasto militar que por primera vez supera los cinco billones de yenes.
Otro sector beneficiado será el turismo con 20 mil millones de yenes (165 millones de dólares) pues el gobierno mantiene el objetivo de lograr el arribo de 30 millones de visitantes a la nación.
Tokio tambiíén destinará 551 mil 900 millones de yenes (cuatro mil 575 millones de dólares) a la ayuda oficial al desarrollo, lo que supone un 1,8 por ciento más que lo dedicado en el ejercicio anterior.
El ejecutivo remitirá el borrador al parlamento el próximo 4 de enero para la ratificación de las partidas correspondientes al próximo año fiscal, que inicia en Japón el 1 de abril.
Economistas opinaron que la estrategia del titular nipón podría resultar contraproducente, pues sin grandes esfuerzos para frenar el gasto, su objetivo de equilibrio presupuestario sigue siendo una tarea difícil.
Sin embargo, la administración de Shinzo Abe prevíé para este año la mayor recaudación fiscal a nivel nacional en un cuarto de siglo, con un estimado de 57,6 billones de yenes (477 mil 479 millones de dólares).
Además estima un 1,7 por ciento de crecimiento del producto Interno Bruto nipón y la reducción de sus emisiones de deuda hasta los 34,43 millones de yenes (285 mil 409 millones de dólares), su menor volumen en ocho años.
Pese a los pronósticos oficiales, Japón continúa con la mayor deuda pública del mundo desarrollado, cercana a los mil billones de yenes (unos ocho mil 313 millones de dólares) y que equivale a más de dos veces su PIB.
