(PL)
Diversas maniobras fiscales aseguran que los individuos más acaudalados en Estados Unidos evaden cada año el pago de miles de millones de dólares por concepto de impuestos, señaló hoy una investigación difundida por el espectro mediático.
Un grupo de abogados, desarrolladores de bienes raíces, cabilderos y activistas anti-impuestos "explotan y defienden una sorprendente variedad de maniobras fiscales" a fin de reducir las contribuciones de los ricos, indicó en su página web el diario The New York Times.
Los poderos económicamente usan su influencia para reducir de manera constante la capacidad del gobierno para fiscalizarlos, de tal forma que operan en gran medida fuera del escrutinio público, "mediante oscuras disposiciones legislativas y en negociaciones privadas con las autoridades fiscales", señaló la influyente publicación.
Ese sector protege y profundiza sus privilegios fiscales, mientras la desigualdad en el ingreso en Estados Unidos registra sus mayores niveles en casi un siglo y continúa el debate sobre si la respuesta al problema debe ser por la vía tributaria, plantea la reseña electrónica.
El entramado llega a tal punto que puede considerarse "una especie de sistema fiscal privado, que atiende sólo a unos miles de estadounidenses", consideró el análisis.
De acuerdo con el acadíémico Jeffrey Winters, los magnates en Estados Unidos erogan millones de dólares por los servicios de expertos que los ayuden a pagar menos impuestos, lo que les ahorra "decenas o cientos de millones de dólares".
Según destacó el rotativo, los aspirantes demócratas a la presidencia Hillary Clinton y Bernie Sanders prometieron incrementar los gravámenes a los individuos con mayores ingresos; en cambio, los candidatos republicanos propusieron políticas específicas para reducir la carga fiscal a ese grupo que acumula vastas fortunas.
Hace dos díécadas los 400 estadounidenses más ricos pagaban el 27 por ciento de sus ingresos al fisco y en 2012 esa proporción bajó a 17 por ciento, similar a la tasa de una familia típica, comentó la publicación.
Además, "existe la idea de que los ricos usan su dinero para comprar políticos; más precisamente, lo usan para comprar políticas y de manera específica políticas fiscales", opinó Jared Bernstein, investigador del Centro sobre Presupuesto y Prioridades Políticas.