CLAES 2015
EL MíS GRAVE DESASTRE AMBIENTAL
El 5 de noviembre, la ruptura en dos diques de represamientos mineros en Brasil, arrojó 62 millones de metros cúbicos de lodos mineros tóxicos, generando el peor desastre ecológico del año en el continente y en el mundo.
El derrame arrasó aproximadamente el 80% del poblado más cercano, Bento Rodrigues (estado de Minas Gerais), murieron al menos 17 personas, aunque la cifra seguramente aumentará, y discurrió hasta llegar al Río Doce. Las aguas del río quedaron teñidas de rojo, contaminadas por distintos metales pesados, generando un colapso ecológico de enorme envergadura. Las muestras indicaron una concentración altísima de metales; por ejemplo, para el hierro fue de 1 366% por encima de los niveles tolerables para un tratamiento de las aguas, 118 000% para manganeso y 645 000% para aluminio.
Peces, anfibios, tortugas, cocodrilos y otros grupos de la fauna del río perecieron en masa, decenas de poblados quedaron sin agua potable, y la pesca artesanal colapsó. Hoy se considera que el Río Doce está ecológicamente muerto.
El agua contaminada siguió por el curso del Río Doce hasta desembocar en el Ocíéano Atlántico, contaminando sus aguas en una enorme mancha rojiza. Esto convirtió a este accidente en la mayor catástrofe ambiental de Amíérica Latina, pero tambiíén a nivel global, en 2015.
El desastre en Minas Gerais expone los enormes riesgos de las piletas, embalses y represamientos que reciben residuos tóxicos de la minería. Estos son mantenidos y vigilados de forma inadecuada por las empresas, y en caso de una ruptura, los efectos ambientales son graves, extendidos y muy difíciles de revertir. En este caso, las responsables directas son las empresas mineras Vale (bajo ríégimen privado, pero controlada por medio de inversiones y financiamiento por el gobierno brasileño), y la transnacional BHP. La justicia ha impuesto un bloqueo sobre los bienes de estas empresas y exige un depósito de US$ 520 millones para un plan de recuperación ambiental.
A su vez, el caso demostró la ineficacia y complicidad en los controles ambientales y de seguridad tanto estaduales como federales.
El problema con estos represamientos y otras obras conexas en la minería se repite en otros países. Destacamos otro accidente que ocurrió en Argentina, en setiembre, en la mina Veladero (provincia de San Juan), perteneciente a la empresa canadiense Barrick Gold. En este caso una falla en una válvula permitió el vertido de una solución de cianuro sobre el Río Petrerillos. Se intentó ocultar el hecho, con la complicidad de autoridades municipales y provinciales, hasta que al ser conocido por la población local estalló una dura protesta. La empresa tambiíén minimizó el volumen vertido, hasta que días despuíés se descubrió que había sido 66 veces superior, llegando al millón de litros.
Los llamados “pasivos minerosâ€, que incluyen estructuras y obras mineras fuera de servicio o abandonadas, sin adecuado mantenimiento ni obras de remediación ambiental, se acumulan en muchos países. En Perú se han registrado 8 616 pasivos ambientales mineros, y de ellos por lo menos 4 281 son de alto o muy alto riesgo. Queda claro que los extractivismos tienen muchos efectos negativos e imponen enormes riesgos que son inadecuadamente manejados.
Suerte en sus vidas…