CLAES 2015
La situación del agua se agravó sustancialmente en el último año en varios países. Esto se debe a la asociación entre alteraciones hidrológicas, algunas de ellas pueden estar vinculadas al cambio climático, y muchas otras, como sobreexplotación, intervenciones erradas en las cuencas o contaminación. Esto explica la sucesión de casos cada vez más graves de sequías o escasez de agua para consumo humano, o el aumento de la contaminación de cuencas. Algunos ejemplos permiten ilustrar la gravedad de esta situación.
Chile padece la sequía más intensa en los últimos 150 años. A ello se suma que como íésta se repitió en los últimos cuatro años, esto la ha convertido en la más larga desde que se toman registros. Algunos tíécnicos evalúan que el área de Santiago se transforme en una región desíértica.
Brasil vivió en 2015 lo que fue considerada la peor crisis hídrica en los últimos 84 años. Afectó a las regiones metropolitanas de Sí£o Paulo, Rio de Janeiro y otras ciudades del centro-este de Brasil. La situación ya era grave en el caso de Sí£o Paulo desde 2014, y terminó impactando a un conglomerado urbano de casi 20 millones de habitantes. Reservorios de agua, como la represa Saracuruna, se secaron completamente.
Colombia es afectada por una sequía muy intensa en varias zonas del país, y se estima que la situación continuará en 2016. Esto desembocó en el racionamiento de agua en por lo menos 130 municipios, ocho departamento en alerta roja por incendios forestales, y registros de incendios que ya consumieron más de 76 mil has de bosques nativos. La sequía afecta además a unos 13 millones de hectáreas bajo uso agrícola ganadero, golpeando sobre todo a La Guajira.
Contrastando con estos casos de sequía, en el marco de un fenómeno de El Niño intenso, ocurrieron graves inundaciones en las cuencas de los ríos Paraná y Uruguay. Esto llevo a fuertes crecidas, inundaciones de campos y ciudades ribereñas, y más de 160 mil desplazados en Paraguay, norte de Argentina, sur de Brasil y Uruguay. Los ríos más afectados son el Paraná, Paraguay y Uruguay. Se ha indicado que este empuje en las inundaciones se debe a la píérdida de ecosistemas amortiguadores, como humedales y bosques. Una de las principales causas de deforestación y píérdida de áreas naturales en esas regiones es la fuerte expansión de los monocultivos de soja.
Uruguay, que por díécadas se confiaba en poseer recursos hídricos de excelente calidad y estar a salvo de la contaminación, debe ahora lidiar con el resultado de una deficiente gestión ambiental en los últimos años. Es así que se confirma que el Río Santa Lucía y algunos tributarios, presenta altos niveles de contaminación, especialmente asociada a agroquímicos, y deterioro en los ecosistemas asociados, como los bosques ribereños. El hecho es de enorme gravedad en tanto ese río, y su cuenca, es la principal fuente abastecedora de agua potable a la región metropolitana de Montevideo.
Suerte en sus vidas…