Por... Manuel Hinds
Hubo una íépoca, hace bien poco, cuando cualquiera podía decir que era economista si se aprendía unas pocas oraciones, tales como, "si la economía no crece, hay que imprimir dinero, y la economía va a volver a crecer", y "por supuesto, si la moneda se devalúa, aumenta la producción del país, porque las exportaciones se vuelven más competitivas". Los eventos más recientes en la economía mundial están demostrando la superficialidad de esas afirmaciones. Las exportaciones y la producción están cayendo en muchas economías emergentes a pesar de que sus bancos centrales están imprimiendo dinero en cantidades navegables y a pesar de que sus monedas se han devaluado sustancialmente.
Mire el caso de Brasil, (la apreciación es la inversa de la devaluación, de modo que la apreciación negativa significa devaluación). Note que la producción industrial ha aumentado cuando la moneda se ha apreciado, y ha disminuido (repito, ha disminuido) cuando la moneda se ha devaluado. Esto está pasando en casi toda Amíérica Latina, en Rusia y en otros países emergentes, incluyendo a China, en donde la tasa de crecimiento de la producción está cayendo a pesar de que su moneda se ha devaluado fuertemente. Los políticos como Dilma Rousseff, que creyeron a los economistas, reales o fingidos, que enfocaban sus ojos a las cámaras de televisión y decían con gran seriedad, "si la producción cae, no se preocupe, devalúe, y la producción subirá" ahora se dan cuenta de que se los engancharon con cuentos de camino real. Igual están sintiendo los empresarios que se tragaron estos clichíés al hacer sus estrategias corporativas.
Ahora hay muchos que están descubriendo que la clave de la competitividad no está en la moneda sino en la educación, la desburocratización, y la inversión. Ojalá que las lecciones de la vida real no se les olviden, y no regresen otra vez a las mismas recetas falsas una vez que estas crisis pasen. Por el momento, ahora que expliquen por quíé las devaluaciones no solo no aumentan la producción sino que la disminuyen. Yo he escrito muchos artículos sobre esto. Sería muy largo repetir lo que he escrito tantas veces sobre el tema, antes de que lo que está pasando pasara, pero recordaríé a los lectores que tiene que ver con el impacto de las devaluaciones en las tasas de interíés, que llevan a fugas de capital y desinversión, en un momento en el que las devaluaciones tambiíén están aumentando la inflación, disminuyendo así la demanda real del mercado domíéstico. Así como la medicina no se aprende en los anuncios de las aspirinas, la economía no se aprende con eslóganes. Los clichíés son baratos en una rueda de tragos, pero carísimos como base de las políticas nacionales o de las estrategias corporativas.
Suerte en sus vidas...