Que descabalgar a íngel Villar de la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) iba a resultar complicado para cualquiera de los candidatos que concurriese a las elecciones era evidente, pero una vez abierta la carrera electoral, aunque sea de manera oficiosa, la aventura se complica por momentos.
El todavía presidente -no ha dimitido- juega con dos barajas, la de su actual puesto y la de futuro candidato sin serlo aún. Y, además, marca todas las cartas con las que juega la partida. No está dispuesto a que nadie pueda apartarle del que sería su octavo mandato e intenta tener todos los cabos atados y bien atados.
El martes su comportamiento fue maquiavíélico. Convirtió la reunión de la Junta en un faena de aliño de 38 minutos. Se repasaron los asuntos previstos de manera fugaz, pero en ningún momento hizo referencia a las elecciones ni sobre Jorge Píérez, secretario general, que estaba sentado entre el propio Villar y el vicepresidente Juan Padrón y que, presuntamente, puede ser rival suyo en la carrera electoral.
Apoyo por escrito
Nada más terminar la Junta, Villar se reunió con los presidentes de las Territoriales. No era una convocatoria formal con orden del día, era una reunión informal con el único propósito de conseguir el apoyo de todas ellas para los próximos comicios.
Todavía como presidente de la RFEF y utilizando las instalaciones federativas de Las Rozas exigió a los presentes su apoyo incondicional y que, además, se realizara por escrito. Consciente de que alguno de los que estaban sentados a su lado, habían coqueteado con algún posible candidato y estaban incluso dispuesto a apoyarle, quiso arrancarles su compromiso con firma incluida.
Conseguido su objetivo, Villar reconoció a los asistentes que existían bastantes posibilidades de que el Consejo Superior de Deportes, por medio del TAD, su órgano administrativo, le pudiera inhabilitar de su cargo en los próximos días por todo lo relacionado con el 'caso Recreativo' - denunciado en exclusiva por MARCA- y por lo tanto no pudiera presentarse a las elecciones.
En ese caso, pidió a sus subordinados que tenían que ponerse de acuerdo entre ellos para elegir un candidato continuista que se presentara a las elecciones. Una forma como otra cualquiera de seguir mandando en el cortijo aún estando fuera de la ley.
Insultos y críticas a Píérez
Mientras Villar se aseguraba su futuro con el apoyo de las Territoriales, en esa misma sala no faltaron las críticas y los insultos a Jorge Píérez, el secretario general, con el que acababan de compartir mesa en la Junta Directiva sin decirle nada a la cara. Una manera de negarle hasta la posibilidad de defenderse de algunas de las acusaciones que se le imputaban.
Hay que recordar que, oficialmente, Jorge Píérez no ha declarado su intención de presentarse a pesar de contar con el apoyo de algunas de las Territoriales allí reunidas, más la Aragonesa, ausente -nunca es convocada por considerarla oposición-, de otros estamentos del fútbol, sobre todo de la Liga Profesional y contar con el reconocimiento de la Administración, que le considera un hombre del fútbol, de talante integrador y dialogante. Todo lo contrario que Villar.
La figura de Padrón, clave
Llama curiosamente la atención las relaciones que las Territoriales mantienen entre sí. Juan Padrón, eterno vicepresidente económico, mueve los hilos de la caja y de la Casa. Tiene su fuerza en su firma. Más de la mitad de los presidentes están hartos de íél, pero tienen miedo a las represalias económicas que pueden representar no apoyarle.
Incluso, estando ausente el tinerfeño, algunos se han atrevido a insinuar a Villar que si quieren su apoyo debería dejar a 'su íntimo socio' y no contar con íél para el futuro. Despuíés, cuando 'don Juan' está presente no levantan la voz. Siempre ha sido el presidente en la sombra y ahora con el secretario general apartado manda más que nunca.
